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Jungkook mantenía los ojos cerrados mientras una brisa fría y escalofriante acariciaba su rostro obligándolo a despertar. Se mantuvo así un breve momento mientras escuchaba las olas del mar ir y venir, fusionando sus sentidos con la tranquila melodía del océano. Estiró su brazo, claramente esperando que rodearan el cuerpo de su compañero, pero lejos de lo que buscaba, se encontró con el vacío del espacio contrario, chocando directamente con la manta que separaba la arena de su cuerpo.

Abrió los ojos rápidamente y se alzó quedando sentado. Miró a todos lados, pero no lo entraba, no podía a simple vista verlo.

— Tae... ¡TAEHYUNG!— llama, pero no obtiene respuestas más que de las aguas saladas del inmenso océano. Se pone de pie rápidamente para expandir más su campo visual—. ¡TAEHYUNG!

— ¿Por qué gritas?— escuchó la melodiosa voz de Taehyung a la distancia y de alguna forma su mente y alma obtuvieron la paz que buscaban.

Jungkook guiado por su voz, voltea hacia el océano encontrándose con su prometido sentado sobre sus tobillos, mientras buscado ansiosamente, y de manera entusiasta, algo en la arena.

— ¿Que haces ahí?, ven aquí— le pidió, mientras se acercaba a él, como si predijera que Taehyung no lo haría. Sintió una sensación de desesperación al ver que por más que caminaba hacia él, en lugar de acercarse, se alejaba.

— ¡Sí!, mira— Tae alza su mano con emoción sosteniendo algo que de lejos parecía circular—, es un caracol, ¿no es hermoso, Jungkook?

— No puedo verlo desde tan lejos, pero seguro que lo es— su corazón se reboza al sentir la risa de su amado llenar sus oídos, opacando totalmente cualquier otro sonido que hubiese a su alrededor—. Ven aquí— levanta la mirada al cielo y se percata del tono gris que el mismo esta presentando—, el clima no parece ir bien, es mejor irnos a casa.

— Es cierto, es mejor irnos a casa— mira hacia atrás, y se pone de pie, suavemente empieza una calmada caminata, yendo directo al océano, no hacia Jungkook.

— Taehyung, ¿a donde vas?, el mar no está en condiciones para recibirte.

— Voy a casa, Jungkook, voy... a casa— sus pies tocaron el agua, pero no dio ni un paso hacia atrás, sino que siguió avanzando a pesar de lo fría que estaba.

— ¡TAEHYUNG, ESPERA!— corrió detrás de él al darse cuanta que su amado no pretendía dar vuelta, y lo vio, lo vio sumergirse en el agua sin esfuerzo alguno, sintió un nudo en la garganta mientras veía a Taehyung desaparecer bajo la superficie. Corrió, pero por más rápido que lo hacia, el camino entre el agua y él parecía hacerse eterno.

En cuento sus pies tocaron el agua, empezó a saltar para así hacerse el camino más corto hasta las profundidades, y en cuento lo vio posible se lanzó de clavado. Lo vio, y con todas sus fuerzas, se sumergió en busca de Taehyung, sintiendo el frío abrazador del mar. Se apresuró a buscarlo, sus pulmones ardiendo por la necesidad de aire, pero su determinación era más fuerte.

En cuanto logró alcanzarlo, lo tomo de la muñeca y lo llevo a la superficie, tomó una bocanada de aire para después dirigir su mirada su prometido.

— Te tengo, tranquilo, ya te tengo.

— No, Jungkook... No me tienes— siente la melancolía en la voz de su amado y su corazón se hace estrujo.

— Te estoy sosteniendo fuerte, no te soltare, nadaremos junto a la orilla y nos iremos de aquí... A casa— apretaba aún más su agarre.

— Debes soltarme, Jungkook, ahora, pertenezco aquí— toca su mejilla y la acaricia con su pulgar.

— No, claro que no, perteneces a mi lado, perteneces...— su voz que quebró.

NEMESIS | KOOKTAEWhere stories live. Discover now