CAPÍTULO 12

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MARATÓN 3/3

SILVIA

El paseo con las chicas va de maravilla, no paramos de reírnos de las tontería que hacen unas y otras, sobre todo Mapi, Lucy y Pina, que son como las niñas del grupo. Además de pasear y disfrutar de la naturaleza, aprovechamos para sacarnos algunas fotitos, así las chicas tiene algo que subir a sus cuentas.

- Nos tenemos que sacar una todas juntas- dice Alexia.

Todas asentimos de acuerdo, así que improvisamos una especie de trípode con unas piedras y ponemos el temporizador del móvil para sacarnos la foto y que salgamos todas.

Volvemos a la casa entre risas, y es que es imposible no pasártelo bien con ellas. Ona pasa su brazo por encima de mis hombros y me acerca a ella para dejarme un beso en la mejilla.

- ¿Te lo estás pasando bien? – me pregunta.

- La verdad es que sí, no sé que me esperaba de esta escapada pero está superando todas mis expectativas.

Ona va a decirme algo pero en ese momento la interrumpe Mapi. Estamos ya casi llegando a la casa.

- La última que llegue le toca preparar la cena- grita la de Zaragoza antes de echar a correr.

Y, como es obvio, todas corremos detrás de ella. Sorprendentemente llego de las primeras, las únicas que han llegado antes que yo son Mapi y Ona.

- Pero bueno, ¿y esa velocidad? – me cuestiona Ona.

- Pero si eres más rápida que la mitad de la plantilla del Barça- dice Mapi mientras van llegando las demás.

- Bueno, me gusta mantenerme en forma, eso es todo- digo como si nada.

Al final las últimas que llegaron fueron Olga y Keira, que ni siquiera se molestaron en correr, así que mientras ellas preparan la cena, las demás preparamos una barra de bebidas, y acomodamos en salón para disfrutar de una noche memorable.

Cenamos entre risas, pero, en cuanto pasamos al salón la cosa se nos va de madre. Empezamos a beber, Ona y yo poco a poco, no queremos pasarnos y mañana estar derrotadas, pero al final terminamos con el puntito, aunque hay algunas que van como cubas y, al parecer se lo están pasando verdaderamente bien.

Empezamos jugando al quien es quien, apuntando en post it personajes para la persona que tenemos a la derecha, y nos echamos unas buenas risas intentando adivinarlos, pero enseguida nos cansamos. Luego algunas deciden jugar al beer pong mientras que otras nos quedamos charlando en los sofás, aunque eso tampoco las dura mucho, y al final terminamos todas jugando al yo nunca, nunca...

Bueno, todas menos Alexia y Olga, que hace ya un buen rato que desaparecieron escaleras arriba, según ellas a descansar, pero todas sabemos a qué han subido.

- Venga, empiezo yo- dice Ona animándose- Yo nunca, nunca... me he liado con un tío.

Ingrid y yo bebemos bajo la atenta mirada de las demás, mi novia me mira elevando una ceja y yo siento la necesidad de explicarme.

- No todas nacemos sabiendo lo que queremos, hay veces que hay que probar las cosas para saber que no nos gustan- cuando termino de hablar me encojo de hombros y todas se ríen.

- Venga Silvia, te toca- dice Patri mirándome.

- A ver, pues... yo nunca, nunca...

Pasamos un par de horas así, descubriendo algunos secretos de todas, hasta que decidimos que ya es hora de irnos a nuestras respectivas habitaciones a descansar para mañana, ya que entre todas habíamos planeado acercarnos hasta una pequeña calita que vimos de camino, para comer ahí y luego ya volver a la ciudad.

Cuando entramos en nuestra habitación Ona se lanza sobre la cama.

- ¿Estás cansada? – pregunto tumbándome encima de ella.

- Ahora mismo solo pienso en dormir- confiesa con una sonrisa.

- ¿Pero no pensarás dormir con esa ropa no?

- Es que no me quedan fuerzas ni para quitármela... ¿me ayudas?

- Anda, vamos- digo tirando de sus brazos para incorporarla sobre la cama.

Ella me da un pico en los labios antes de levantar sus brazos para que le quite la sudadera, yo lo hago, desvelando así su sujetador negro de encaje. Trago con fuerza, es la primera vez que la veo así.

- ¿Tú tampoco vas a dormir así no? – dice señalando mi jersey.

Entiendo lo que quiere decir y me quito la parte de arriba, quedando es sujetador al igual que ella.

- ¿Te gustan las vistas? – pregunto cuando noto que su mirada lasciva no se aparta de mí.

- Me encantan, y si no estuviera tan cansada ya habría tomado cartas en el asunto- dice acariciando mi vientre con sus manos.

- Anda, terminemos de quitarnos la ropa y vayamos a dormir.

Según digo esto deslizo las mallas que llevaba hasta mis tobillos para liberarme de ellas, siento la mirada de Ona sobre mi trasero mientras me acerco a dejar la ropa que me he quitado sobre una silla.

- Me estás matando con ese tanga- confiesa Ona cuando me vuelvo a acercar a la cama.

- Todo llegará- digo yo mientras deslizo mis manos por sus costados antes de llegar a la cinturilla de su pantalón de chándal.

En ese momento la miro, preguntándole con la mirada si quiere que siga y, cuando ella asiento, cuelo mis dedos por debajo de su pantalón para despojarla de la prenda.

- Ale, pues ya estamos listas para dormir- digo metiéndome en la cama bajo la atenta mirada de mi chica.

Unos segundos después, Ona se une a mí bajo las sábanas, y no tarda ni medio segundo en engancharse a mí como si fuera un koala.

- Te quiero Silvia- me confiesa Ona antes de caer en los brazos de Morfeo.

- Te quiero preciosa- digo antes de dejar un beso en su frente e intentar dormir junto a ella.

La relación que estoy empezando a construir con Ona es tan especial que tengo miedo de cagarla y que todo se vaya a la mierda. Siento que por primera vez en años me estoy encontrando a mi misma, y todo es gracias a ella, bueno y a sus amigas, porque la verdad es que el día de hoy me he sentido libre de ser como soy, y de hacer y decir lo que siento y pienso son miedo a ser juzgada.

Ojalá este sea el primer paso para dejar todos los fantasmas del pasado atrás. 

HACIA LA VICTORIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora