CAPÍTULO 15

854 93 75
                                    

N/A: Bueeenas!! Ayer os dejé con la miel en los labios y tenía que solucionarlo, así que aquí tenéis el siguiente capítulo, con todos los detalles que os gustan y alguna que otra sorpresa, jiji... Espero que lo disfrutéis y que le deis mucho amor, como siempre os le en comentarios, besos!!!

ONA

-        Ona...- gimo desesperada después de unos segundos- más... por favor...

Escuchar la voz de Silvia tan deseosa hace que me encienda todavía más. He fantaseado muchas veces con como sería nuestra primera vez, pero ahora mismo lo único en lo que puedo pensar es en hacerla gozar como ninguna mujer lo ha hecho antes.

Sigo repartiendo besos, lamidas y mordiscos por sus pechos, jugando con sus pezones y soplando suavemente sobre ellos para jugar con los contrastes, deleitándome cuando los veo erguirse más bajo mi tacto, cuando noto como se eriza su piel.

Continuo bajando por su cuerpo, dejando un reguero de besos húmedos por su vientre para después pasar a sus caderas, dejando un lametón por encima de su ropa interior. Luego sigo bajando por sus piernas, que tiemblan sin parar cuando trata de cerrarlas para aliviar la presión que debe estar creciendo entre sus piernas.

-        Ona... te lo suplico... – la voz de mi chica se ha vuelto más grave, y sus pupilas son casi completamente negras a causa del placer.

-        ¿Dime qué quieres amor? – le pregunto sobre su boca, colocando mi cuerpo entre sus piernas, presionando mi centro con el suyo, haciendo que su espalda se arquee.

-        Te quiero a ti Ona... dentro de mí a ser posible- su voz es casi un susurro, pero logro escucharla perfectamente.

Me sorprende la valentía de sus palabras, ya que normalmente suele ser super tímida, pero me alegra que haya sido así de sincera conmigo, eso quiere decir que tiene la confianza suficiente para decirme cualquier cosa.

-        Si en algún momento quieres que pare solo tienes que decírmelo ¿vale?

Ella asiente y yo cuelo una de mis manos debajo de su ropa interior, notando lo empapada que está ya. Juego con su clítoris, disfrutando de cada jadeo que escapa de su garganta, para luego colar uno de mis dedos en su interior, disfrutando de su calor. No dejo de besarla mientras que bombeo mi dedo dentro y fuera de ella, mientras que con mi pulgar le doy atenciones a su clítoris de nuevo.

-        Ona... necesito... ahh... más por favor.

La suplica en su voz hace que me desate totalmente y añada dos dedos más, su espalda se arquea al momento y un gemido gutural escapa de ella aunque termina muriendo en mis labios cuando me acerco a devorar su boca.

Voy alternando el ritmo de mis estocadas hasta que Silvia termina dejándose ir en mi mano, mientras que yo voy repartiendo besos por la línea de su mandíbula.

-        ¿Qué ha sido eso? – pregunta Silvia cuando recupera el aliento, puedo notar la duda en su voz.

-        Eso ha sido un orgasmo, amor, ¿nunca antes habías llegado al orgasmo? – pregunto curiosa.

Ella se sonroja debajo de mí, y yo me muero de amor de lo tierna que puede llegar a ser.

-        A partir de ahora me voy a encargar de que nunca te olvides de esta sensación- prometo sobre sus labios antes de sellar la promesa con un beso lento y húmedo que nos deja a las dos con ganas de más.

Nos abrazamos durante un par de minutos, mientras ella se recupera de todo lo que acaba de sentir, y yo no puedo dejar de pensar en lo afortunada que soy de que me haya dejado compartir este momento con ella. Es perfecta aunque a veces ella piense lo contrario.

Cuando nos separamos del abrazo, Silvia empieza a repartir besos por mi hombro, para llegar a mi cuello, donde empieza a dejar besos más húmedos, mas necesitados.

-        Amor, no quiero que te sientas en la obligación de hacer algo por lo que acabamos de hacer- digo al ver que no sabe muy bien qué paso dar ahora- Cuando te sientas segura lo haremos, porque te aseguro que no hay nada que me apetezca más, pero quiero que no tengas ninguna duda.

Al terminar de hablar dejo un besito en su nariz y luego otro sobre su frente, mientras la abrazo más contra mí.

-        ¿Y si no te gusta como lo hago? ¿Y si no es lo que esperas? – pregunta después de unos minutos.

-        Ey, amor, no pienses así, solo con besarme me pones a cien, me encanta la manera en que me abrazas, o como repartes caricias por mi piel enviando cientos de descargas eléctricas por todo mi cuerpo. Así que grábate lo siguiente en esa cabecita preciosa que tienes, cualquier cosa que me hagas me va a encantar, por el simple echo de que eres tu la que lo hace y porque te quiero como nunca he querido a nadie, ¿queda claro? Además, que si no sabes muy bien qué hacer es normal, no tienes experiencia con chicas, pero para eso estoy yo, para guiarte y ayudarte, y descubrir así entre las dos las cosas que más nos gustan.

-        Eres la mejor novia del mundo ¿lo sabías? – dice apretándose más contra mí y escondiendo la cabeza en el hueco de mi cuello mientras que nos tapo a ambas con las sábanas.

-        Y una cosa más, nunca tengas vergüenza de preguntar o comentar lo que sea, da igual el momento en el que estemos, la comunicación es la clave ¿sí? Ahora vamos a descansar un poco, ¿te quedas a dormir? – pregunto dejando besitos sobre su cabeza.

-        Está bien, pero tendré que poner el despertador más temprano para pasar priemero por mi casa antes de ir al colegio.

-        ¿Tienes que coger algo de allí?

-        No, solo era para cambiarme de ropa, que no voy a presentarme mañana con la misma de hoy- confiesa con una sonrisilla que me vuelve loca.

-        ¿Y por qué no mejor te dejo yo algo de ropa y así podemos dormir un poco más y aprovechamos a desayunar juntas antes de que te tengas que ir? – propongo dejando un beso detrás de su oreja.

-        Está bien, me has convencido.

A la mañana siguiente nos duchamos juntas, para ahorrar tiempo, pero no hacemos nada más que liarnos un poco bajo la lluvia artificial ya que ninguna de las dos podemos llegar tarde, y después de anoche, si hacemos algo más se nos va a ir de las manos y vamos a llegar tarde.

Yo me visto con la ropa de entrenar mientras que Silvia se pone unos de mis vaqueros, con una sudadera Nike y sus deportivas que traía ayer.

Nos despedimos en mi portal, ya que cada una va a ir con su coche, así que aprovecho la oportunidad y la tomo de la cintura, acercándola a mí, para robarle un último beso que nos deja a las dos con una sonrisa tonta en la boca.

Llego al entreno de las primeras, concretamente antes de mí solo ha llegado Alexia, que está sentada en el vestuario, con los codos apoyados en las rodillas y la cabeza entre sus manos. Algo no está bien con ella, y no dudo ni un segundo en sentarme a su lado y abrazarla, intentando alejar lo que sea que la tiene así.

-        Rubia, ¿qué ha pasado? – pregunto acariciando su espalda, mientras ella llora desconsoladamente en mi hombro.

-        Acabo de encontrar a Olga con otra en la cama- dice con la voz totalmente roto mientras tiembla entre mis brazos.

-        Ale...- digo sin saber qué más decir.

-        He ido a dejarle antes del entreno las llaves de su coche, que se las dejó ayer por la tarde en casa, y cuando he abierto la puerta con la llave que ella me dio, y he entrado a despertarla, porque suponía que estaría dormida, me la he encontrado follando con otra.

Por dentro quiero matar a Olga por hacerle esto a mi mejor amiga, a esa persona que no se merece absolutamente nada de lo malo que hay en este mundo. Nunca me hubiera imaginado a Olga haciendo algo así, parecía tan buena y enamorada de Alexia... Pero supongo que no todo es lo que parece, a Alexia ya le rompieron una vez el corazón, lo pasó verdaderamente mal y eso que esa vez no hubo una infidelidad de por medio, así que sé que se van a venir unos días jodidos para nuestra capi, pero todas vamos a estar ahí para ella, pase lo que pase. Para eso somos una familia.

HACIA LA VICTORIAWhere stories live. Discover now