capítulo 05

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Una semana, una semana dura para Clay trabajando desde casa y George con un nuevo empleo en una gran librería & café.

George estaba agradecido con el amigo de Karl. Jimmy, un delta igual, era dueño de una librería. George sabia que Karl había hecho grandes amigos a lo largo de todos sus trabajos, y era feliz de que su mejor amigo siempre estuviese rodeado de buenas personas, los conocía y eran verdaderamente agradables.

A pesar de ello, nunca se sintió excluido, ya que los doce amigos más cercanos de Karl, siempre lo integraban para todo. El grupo de su mejor amigo era muy diverso, había alfas, omegas, deltas, betas y alfas puros.

De pronto, un chico enérgico entró corriendo a la biblioteca, gritando:

— ¡George, están contratando! ¡George, están contratando! — entró corriendo con su celular a mano alzada.

George sonrió, era uno de los betas amigos más enérgicos de Karl.

— No grites en mi librería, más bien, en ninguna — regañó Jimmy, mirando a Quackity por sobre sus anteojos y un libro en mano.

— Lo siento, Jimmy, pero es importante. ¡Es muy importante para Gogy!

Jimmy negó rendido. Sabia que no podía callar nunca a su amigo. Se acercó dejando el libro en el escritorio de George para mirar al chico de gorro.

— Escúchame, Alex Quackity — dijo el delta sonando amenazante, señalándole con el índice — Vuelve a gritar en mi lugar y te saco a patadas.

— Quackity, Jimmy te acaba de llamar por tu nombre completo... — susurró George algo nervioso.

— Lo sé... — susurró e hizo una pequeña reverencia a su amigo — Lo siento Jimmy — habló más bajo.

— Ahora habla, que es importante para George — se colocó a un lado del pelinegro y ambos miraron a Quackity con duda.

El de gorro sonrió y le hizo zoom a la pantalla de su celular. — Están contratando, un amigo que trabaja de mayordomo me contó lo cuan estresado estaba su jefe por no encontrar quien cuide de sus siete hijos.

— ¿Sapnap? — preguntó Jimmy.

— ¿Siete hijos? — cuestionó George.

— ¿Alguna vez trabajaste de niñera? — se dirigió Quackity al pelinegro — Y sí, fue Sapnap quien me dijo.

Jimmy asintió comprendiendo. — Va a venir hoy, quiere que le entregue algunos libros que aparto para su tiempo libre.

— Nunca intente cuidar niños... Jamás me considere bueno en eso — respondió George.

— Tal vez lo eres, debes intentarlo — animó Quackity.

— No creo que sea buena idea... Son siete niños.

— ¿Por qué? — preguntó Jimmy — Tienes talento con las personas, me traes clientes que nunca creí ver por aquí — señaló una mesa con cuatro chicas mirando a George. Estas estaban bien arregladas y algunas con libros al revés — Vienen exclusivamente en tu turno pero se llevan de uno a dos libros diarios.

George les saludó con vergüenza y miró a Jimmy. — No creo que vengan por los libros.

— Tal vez no, pero compran la mercancía, así que está bien por mí — respondió encogiéndose de hombros.

Quackity sonrió. — Lo ves, vamos debes intentarlo, la paga es increíble — desprendiendo un aroma suave a naranjas por la emoción.

— ¿De cuanto? — habló Jimmy — No le pueden pagar más que yo — se cruzó de brazos, negándose a dejar ir a su mejor trabajador.

heart sounds [dnf]Where stories live. Discover now