capítulo 07

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Cuando Clay llegó a la cocina, se sorprendió al ver como todos sus hijos menores estaban sentados en la mesa comiendo mientras hablaban ameno con George, quien sostenía a su bebé dormida en sus brazos.

— Pero Grace y Oliver aunque son mayores a veces les cuesta más aceptar los cambios — siguió hablando Gian con George.

— ¡A veces ellos parecen los niños! — exclamó Alexander.

George rio.

— Eres el primero que nos agrada — comentó William metiendo una papa frita a su boca.

Gian asintió al igual que Riley. — Las personas anteriores eran... groseras — dijo Gian.

Clay solo permaneció escuchando sin que lo vieran, también quería saber a que se refería su hijo.

— Bueno... Grace y Oliver creo que nunca tuvieron problemas con ellos pero nosotros... — Gian miró a sus hermanos — Siempre nos llamaron la atención, nos gritaban, incluso dos de esas personas nos llegaron a pegar con una regla, en las manos, para educarnos como se debía.

— Eso dolía mucho, a mí me pegaron más de seis veces, ¡las conté! — Alexander mostró seis de sus deditos.

— A William y a mí nos hacían lo mismo por meternos y defender a Alexander — Gian contaba con algo de tristeza en su voz.

George frunció el ceño con molestia. — Eso no era correcto, ¿nunca le dijeron a su padre?

Riley negó.

— Siempre está ocupado. Cuando Grace y Oliver se enteraron nos ayudaron a despedirlas, luego una vez... — Gian miró a su hermanita, quien asintió como si le diera permiso — Una vez una de las niñeras asustó a Riley, le gritó y la sacudió con brusquedad exigiéndole hablar.

George miró a la pequeña y solo asintió como si nada.

— Riri no puede hablar, es muda, así que solo se comunica por las señas que sabe. Eso enojaba a las personas que nos cuidaban y solo la ignoraban — Gian miró a George — Eres la primera persona que veo que ella se acerca, así que si ella confía en ti, nosotros también — se encogió de hombros.

— Tú no nos gritas — sonrió Alexander.

— ¡Además tu aroma es muy rico!  — siguió William — Me agradas, también reparaste mi taza favorita.

George sonrió. — Ustedes también me agradan. Pero deberían decirle esas cosas a su padre, tal vez él los entienda.

— Puede que lo haga — asintió Gian —, papá entiende muchas cosas de nosotros pero lo hemos visto muy preocupado por conseguir a alguien que nos cuide, así que preferimos no decirle nada y ahuyentar a esas personas por nuestra cuenta.

— ¿Tú vas a huir? — preguntó Alexander mirando a George con ojos preocupados.

— Por el momento no — rio —, a menos que quieran que me vaya — los niños negaron — No vengo a invadir su espacio, así que si me dejan, quiero poder cuidarlos — se encogió de hombros mirando a la bebé dormir plácidamente.

Clay sonrió. Ahora que miraba mejor al pelinegro, se dio cuenta que lo había visto antes, cuando Riley se había perdido hace unos días atrás, ese chico la había encontrado.

Clay suspiró.

— Lo ha hecho bien ¿No, señor Wastaken? — susurró Sapnap detrás.

El alfa rubio asintió con una sonrisa. — Es la primera persona que simpatiza con ellos de esa manera.

— Bueno, luego de... — Sapnap sacó una libreta y revisó un número en ella — Exactamente quince niñeras, ya era hora de tener algo fijo y que realmente valiera la pena — guardó su libreta y le sonrió.

heart sounds [dnf]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora