Capítulo 5

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ALEJANDRO:

Mis hermanas y yo estábamos en la recepción del hotel, quedamos de encontrarnos allí para saber que hacer. Isa había salido a dar una vuelta y conseguir información sobre las fiestas, nos informó que sería aquí mismo en el hotel donde se daría inicio al evento. Fuimos al salón principal, habían muchas personas reunidas.

Después de que el señor gobernador y el jefe civil inaugurarán de manera oficial las fiestas patronales del Progreso, las demás personas empezaron a hablar entre ellas, incluso el gobernador se puso a platicar con algunas de ellas. Vi a unos metros al doctor Luzardo, estaba solo así que lo vi como la oportunidad perfecta de acercarme a él, mis hermanas se opusieron pero como estamos en un país libre y democrático fui para hablar con el.

Y aquí estamos, en el bar del pueblo. El junto a la señora Marisela nos invitaron a tomar algo con su enorme familia.

-Solo faltan ustedes por ordenar muchachos.-nos dice la señora Marisela.

-Yo quisiera un refresco.-dice Isabel.-Una soda de limón estaría bien.

-Lo siento señorita pero aquí no vendemos sodas.-le responde la mesera.

-Entonces una limonada bien fría por favor.

-Para nosotros 2 lo mismo, por favor.-pide Diana por ella y por mi.

-Con gusto, ya les traigo su pedido.-La mesera se retira para traer la orden.

-¿Es cierto que los trillizos tienen una especie de conexión?, tipo si uno se enferma los demás también.-pregunta quien si mal no recuerdo se llama Lucía.

-Se puede decir que si, osea no es que nos enfermemos al tiempo pero si podemos sentir la angustia o el dolor del otro, como una especie de palpito.

-¿Quién nació primero?.

-Yo.-Diana levanta su mano en el aire.

-Después sigo yo.

-Y por últimas nací yo.

-¿Y cuantos años tienen?.

-18.-respondimos a coro sin pensarlo, lo cual genera la risa de la mayoría.

-Entonces son trillizos, vienen de México y acabaron de cumplir la mayoría de edad.

-Si señora.

-No me digan señora que me hacen sentir vieja.

-Perdón, no lo hacemos por ofender, es por respeto.

-Nuestra madre siempre nos enseñó la importancia del respeto hacia las demás personas.

-Me parece excelente.-comenta el doctor Santos.-Hoy en día hay muchos jóvenes de su edad que han perdido ciertos valores, afortunadamente los muchachos de esta familia siguen conservando esas normas de cultura que se valoraban más antiguamente.

-Sabe va a sonar raro porque apenas lo conocemos pero mi hermano Alejandro habla de la misma forma que usted lo acabo de hacer.

-Isabel tiene razón, es como si los conociera a todos ustedes de toda la vida.

-Ahora que lo mencionan, hay algo en ustedes 3 que llama mi atención. Puede sonar descabellado pero tu Diana me recuerdas a alguien muy especial.-comenta Marisela.

-Bueno yo les había dicho hace unas horas a mi esposo e hijos que Isabel me recuerda a mi hermana cuando era joven.

-Que curiosa puede ser la vida, quien sabe a lo mejor somos familia y no lo sabemos.-digo con un poco humor.

-Díganos como ha sido su experiencia aquí en Colombia.

-Por el momento ha sido maravillosa, llegamos ayer en la noche a la Capital, descansamos en un hotel y hoy en la mañana llegamos aquí en bongo.

Doña Barbara: el regresoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora