One Shots La Sociedad de la Nieve

Matias Recalt

Estaba en una reunión con los chicos esperando la llegada de Matias, aún faltaba tiempo para su llegada así que solo disfrutaba con los chicos hasta que Enzo habló.

—¿Podrías traer la bocina que está en la sala —Preguntó y yo solo asentí con una sonrisa algo extrañada pues Enzo se veía feliz, muy feliz —Demorate el tiempo necesario —Dijo con un guiño y lo mire confundida pero no lo cuestione.

Con una bebida en mi mano me adentré en la casa y al cruzar el umbral del pasillo para llegar a la sala sentí una mano en mi cintura que me empujó hacia la pared.

Me tope con esos ojos y esa sonrisa que conocía tan bien, ahogue un grito, mi corazón latió con más fuerza pero seguía sin reaccionar.

—¿Estás mal de la cabeza? —Hablé.

—Gracias por las palabras de bienvenida —Ironizó él.

—Casi me matas del susto, idiota —Hablé empujandolo por el pecho, pero no soltó el agarre de mi cintura, al contrario, me acercó más a él.

—Yo también te extrañe —Musitó él dejando un beso en mi sien.

Intente controlar mi respiración que aún está agitada por el susto cerrando mis ojos, sentí sus labios en mi mejilla que después se deslizaron a mi comisura.

—Quería saludarte a tí primero, pero no podía hacerlo de la manera en que quería frente a todos ellos —Murmuró acercándose cada vez más a mi boca.

—Y no podrás hacerlo si sigues asustandome así —Me queje y sentí su sonrisa contra mis labios antes de que los cubriera completamente.