One Shots La Sociedad de la Nieve

Esteban Kukuriczka

Estaba sentada en la playa sintiendo el frío del viento en mis brazos.

Ya habían pasado tres años desde que mi relación con Estaban había terminado, pero aquí estaba, estaba en el lugar donde todo había comenzado.

Las lágrimas caian lentamente por mi rostro mientras recordaba todos los buenos momentos que pase a su lado.

¿Desde hace cuánto dejamos de ser unos enamorados para pasar a ser dos extraños?

Todavía lo quería, amaba a Esteban y siempre iba a ser así porque siempre fue él, es y será él.

Sentí unos brazos rodearme por detrás, era él, era Estaban, esos brazos, ese olor, esa seguridad que sentía cuándo él me abrazaba, sin duda era él.

Él también había venido aquí.

Mis lágrimas empezaron a caer más rápido por mejillas, caían tan rápido que ya no podía parar, no podía parar de llorar.

—Todo va a estar bien, vamos a estar bien —Habló él con el punto de consolarme.

Ahí nos quedamos en silencio, él y yo, abrazos sintiendo el frío del viento mientras recordabamos los bellos momentos que pasamos juntos.