꒰ Atacar ꒱

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WA02 se encontraba pegado a las cámaras, los juegos habían comenzado.

Nunca antes se había centrado tanto en lo que acontecía, incluso los de Rango B hacían chistes en relación a su inusual fijación a los tributos de este año. WA02 no intentó aclarar nada. Sus guantes aún estaban manchados de tierra (*).

Observó cómo cada cámara seguía a los jugadores desplazándose por el terreno seleccionado. Era un pantano, oscuro y húmedo. Pero él solo tenía ojos para Tubbo, quien recorría la zona con cuidado, ojos en la mira por posibles jugadores acechando y posibles zonas de escape. (No fue por la zona central, WA02 se alegró, ya había visto hasta qué punto ir por ese camino era una sentencia de muerte).

Início la cuenta regresiva. WA02 rezaba por que Tubbo llegara al segundo día a salvo. El primero siempre era el más sangriento. Tubbo respiró hondo y miró a la chica que lo acompañaba, Beckyamon. Ella le dedicó una sonrisa temblorosa y Tubbo se la devolvió de igual manera. WA02 entendió lo que aquello era, una despedida.

El cronómetro llegó a cero, Tubbo corrió hacia los árboles, Becky lo siguió. Como de costumbre, sólo unos pocos se atrevieron a ir por el medio. Los Distritos Dos y Uno eran los únicos que podían y habían hecho alianzas para sobrevivir, tres murieron intentando conseguir recursos, y uno sobrevivió, pero sólo logró tomar una lanza. Era del Distrito Siete, ellos no habían tenido entrenamiento con ese tipo de arma, pero la agarró a pesar de ello.

Corrió hacia el bosque tan rápido como pudo.

Cambiando de cámaras, producción se aseguraban de captar las partes más emocionantes. Tubbo pasó mucho tiempo distanciándose de los demás. Se hicieron otros tres equipos/alianzas, dos personas más murieron en el transcurso del día. Beckyamon fue una.

Estrangulada, por un chico del Distrito Once.

Cinco muertes y solo era el primer día, diecinueve más aún por suceder.

Las manos de WA02 se habían sujetado fuertemente a su mesa durante todo el tiempo que duró su turno, estaba aliviado por finalmente haber terminado, pero no sabía si podría conciliar el sueño esa noche. Tubbo estaría en peligro a cada segundo, como se suponía que durmiera estando consciente de que cualquier cosa podría pasarle?

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Tubbo contemplaba el cielo desde el árbol al que se había subido. Estuvo corriendo todo el día, intentando separarse de los demás para poner en marcha su verdadero plan. Pero ahora eperaría y contaría los números. Hubieron cañonazos al principio, ruidosos, que a decir verdad lo tomaron por sorpresa. No logró contarlos. Oyó otro más tarde.

Observó el cielo, viendo las imágenes que se dibujaban en este. Tres se hicieron ver antes de encontrar a Becky en las estrellas. Sus ojos se empezaron a humedecer, ambos sabían que pasaría, pero no podía evitar lamentarse al volver a verla.

Ya no le dolía el estómago, sólo lo sentía entumecido. No durmió mucho esa noche.

A la mañana siguiente, Tubbo empezó a putear todo lo que se cruzara por su mente y no se calló ni un segundo. Sabía perfectamente que estaba siendo vigilado a todo momento, solo tenía que descubrir una forma de meterse en el sistema.

Los engranajes se movían, en perfecta sintonia, incesantemente, esperando alguna acción aún por suceder. Se detuvo a pensar un segundo, espantando insectos que no paraban de joderle la existencia. Tenía calor y estaba todo sudado, sus botas estaban cubiertas en barro y sus medias húmedas por haber atravesado a pie una laguna. Era el peor terreno que pudieron haber elegido para que corrieran y Tubbo estaba al tanto de que debía alejarse de todos lo más pronto posible, él no era el mejor corredor, y era aún peor en este bioma. Estaba condenado a tomar cualquier atajo que se le cruzara.

˚⋆ Diente de León˚ ⁀➷Where stories live. Discover now