Criado entre el amor

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Fue criado entre ramos de rosas, regalos sorpresas y pícnics románticos. Sus padres no son perfectos, pero el Yoongi de catorce años añoraba algo como lo que ellos aún tienen.

Pero conoció el mundo.

Su primera desilusión fue a los quince, lloró en silencio toda una noche. Su mente rememoraba una y otra vez lo que había sucedido.

—¿Qué hice mal? —dijo con labios temblorosos. Su madre lo consoló, acariciando su espalda mientras le susurraba palabras bonitas en la oscuridad de la habitación.

—Hay personas que no saben amar y no es tu culpa.

Esas palabras dejaron de tener efecto cuando por tercera vez sintió como su estómago quería devolver el sándwich que había compartido con su ex horas antes. Al estar seguro de ser él el problema decidió cubrir esa parte de su persona con indiferencia, y le funcionó... aunque con cada encuentro carnal sin amor sentía que se quedaba sin energía.

Han pasado casi diez años desde su primera desilusión, San Valentín es mañana y él solo quiere emborracharse con Hoseok en el bar de higiene dudosa pero como no aprende, ahora está preparando galletas para su ligue. Sí, su ligue, con quien sale casualmente a bares y tienen sexo porque es de los pocos momentos que tienen química.

Suspira mirando con cierto desdén el poema que escribió pensando en una persona que cree que no existe.

—Joder, creerá que lo amo —suspira otra vez metiendo la hoja en un sobre que una compañera le regaló —Ni modo.

Acomoda las cosas que preparó en una caja y con la intención de no abrirla más le hace un moño bonito para luego dejarla lo más alejada de sus manos ansiosas.

Los pensamientos intrusivos no le permiten conciliar el sueño. No quiere ir a la universidad, no quiere ver a su cita, no quiere nada.

Con las pocas horas de sueño que pudo conseguir se alista para la universidad, toma la caja y se admira en el espejo sin ninguna expectativa en la mirada.

—Sé que será un día de mierda —sonríe listo para salir de su hogar.

Las miradas curiosas de sus compañeros empeoran su humor, ignorándolos cuando preguntan sobre el destinatario de su regalo. Cuando su ultima clase termina se arrastra hacia la facultad de su cita, como es una sorpresa llegará antes de lo planeado,

Se detiene al reconocerlo a pesar de la distancia. Está sentado en una banca alejada de las demás, y el corazón de Yoongi se acelera, pero no de felicidad. Hay alguien metiendo su lengua en la boca de su cita.

Suelta un risita por lo patética que puede llegar a ser su vida y sin cuidado deja la caja cerca de un árbol. Camina hacia ellos calmado, una vez está a una distancia prudente se aclara la garganta.

—Si ya tenías un pene en el que sentarte —ambos se sobresaltan por sus repentinas palabras. Su cita se baja con rapidez del regazo del otro, mirándolo con ojos saltones —¿Por qué me andabas rogando para salir hoy?

—¿De qué estás hablando? —el desconocido se dirige a Yoongi, quien con una sonrisa sarcástica se cubre la boca.

—¿No sabes? Hemos estado cogiendo desde hace cinco meses —la cara del chico se desfigura de la molestia.

—¿Qué mierda? —una vez logró su cometido, Min Yoongi da media vuelta —¡A dónde mierda vas tú!

Min levanta las manos en signo de paz y con burla frunce las cejas.

—Estoy dándoles privacidad tórtolos, feliz San Valentín.

Toma su caja y busca el baño más cercano para lavarse la cara. Se mira en el espejo sucio durante minutos y una risa se le escapa al tomarle atención a la conversación telefónica que está teniendo alguien en uno de los cubículos.

—¿Taemin, no puedes solo mandarlo a la diablo y venir? ¡parezco un idiota! —la voz ligeramente aguda del personaje del baño le genera cierta ternura al amargado Yoongi.

Le da curiosidad saber cómo luce, porque los últimos cinco minutos solo lo ha escuchado quejarse como un niño malcriado, pero no tiene tanto tiempo para perder. Decide dejar la caja en el lavamanos e irse a la mierda.

A los dos minutos la puerta de uno de los cubículos se abre, dejando ver a un rubio malhumorado con la camisa manchada de tinta azul.

—Está bien, me iré a casa... —la caja rosa llama por completo su atención y sin pensarlo la toma, pregúntale a cualquiera que se cruce en su camino si es suya y al no encontrar a su dueño la lleva a casa.

—Oh... —murmura maravillado al ver el interior. Con cuidado abre el sobre, sintiendo que está cometiendo un delito por tomar cosas ajenas. Suspira con añoranza, el contenido del sobre es un lindo poema —¿Por qué nadie me ama así?
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Hey, ¿cómo están?

Estoy tomando un mini descanso del drama de la otra historia. Creo que necesitaba escribir algo empalagoso que sinceramente salió de la nada.

Y nada, espero sea de su agrado.

Mutuo  [ YM ]Where stories live. Discover now