Capítulo 55

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Me meten en la posada a la fuerza y me llevan a la habitación en la que aún se encuentra Thomas, esperando a que le avisen de que todo es seguro para partir hacia su reino.

Subimos todas las escaleras hasta el último piso y llegamos hasta la puerta de la habitación más lujosa y mejor ubicada de todo el edificio. Cómo no.

Está vigilada por diez guardias y uno de ellos llama a la puerta enseguida en cuanto nos ve.

-¡¿Qué?!- Pregunta Thomas desde dentro, siendo notable en su voz el mal genio que tiene ahora mismo. -¿Ya podemos marcharnos?

-Tenemos a la princesa, Majestad.

Se escuchan unos pasos rápidos y fuertes, y en cuestión de segundos el rey de Kalaryan aparece frente a mí, con una sonrisa malvada en el rostro.

-Es un placer verla de nuevo, Alteza. ¿Dónde están sus hermanos?- Les dedica una mirada asesina a los guardias.

-Estamos en ello, Majestad- Responde con algo de nerviosismo el que llamó.

-Por vuestro propio bien, espero que podamos marcharnos con ellos- Amenaza.

Varios tragan saliva, lo cual me dice que no parecen estar muy seguros de que consigan capturarlos. Quizás, y sólo quizás, mis hermanos puedan escapar y ser libres por fin.

-¿Cuándo estará listo todo?- Pregunta Thomas.

-En media hora, Majestad.

-Bien. Calculo que los militares aún seguirán en la plaza, y de todas maneras no se atreverían a atacar a su rey. Pero aún así, quiero que estemos saliendo para ese momento, ¿Entendido?

-Por supuesto, Majestad- Dicen todos a una. -Así se hará.

-Ahora dejadme a solas con ella- Ordena, mirándome de soslayo.

Me empujan dentro de su alcoba y cierran la puerta desde fuera, impidiéndome salir.

Observo lo que hay a mi alrededor y lo que más me llama la atención es el tamaño de la cama, en la que cabrían cinco personas, y la gran cantidad de decoración que hay. Bastantes objetos fabricados en oro y plata, sobre todo. También hay velas aromáticas, un número considerable. Desde aquí se puede vislumbrar el balcón, que tiene unas impresionantes vistas a toda la ciudad.

-Ya creías que habías escapado, ¿Verdad?- Llama mi atención.

No respondo, sólo me limito a mirarlo con extrema repulsión.

-¿Sabes, Haley? Estaba pensando y... Realmente no es tan terrible para mí que tus hermanos consigan escapar. Ya me he divertido lo suficiente con ellos estos años, empieza a resultar un poco aburrido.

Utilizo todo mi autocontrol para no escupirle, pues no quiero ganarme un segundo bofetón hoy, la cara ya me duele lo suficiente.

-Es más, estoy pensando en liberar a tus padres también, ¿Qué te parece?

-Que mientes. Es otro de tus juegos- Respondo sin dudar.

Vuelve a sonreír y comienza a pasearse con las manos en la espalda por toda la amplia alcoba. Yo me mantengo rígida, sin mover un músculo, completamente alerta ante cualquier cosa que pueda hacer.

-No miento, Haley- Asegura.

-¿Por qué los liberarías? Volverían a reinar en Velstand y...

-¿Qué importa? No pueden tomar represalias. Tu querido reino está arruinado económicamente y el ejército deshecho. Tardarán años en recuperarse.

-Aún así, dudo que lo hagas. ¿Cómo continuarías humillándonos si no?

Esboza una sonrisa que me provoca un escalofrío y mi corazón comienza a latir con vigor, presa del pánico.

El despertar de los caídos (#1) Where stories live. Discover now