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「 ✦ Leon Version: RE4 remake ✦ 」








¿Por qué salir de compras con su novio le surgía una gran complicación a Abby? Cuando hizo la inocente propuesta creyó con ánimos rebosantes de entusiasmo que podía ser un agradable paseo, no obstante, estaba muy lejos de serlo.

El disgusto entretejiendo una maraña de otros sentimientos perniciosos dio inicio cuando Leon opinó casualmente que un conjunto en particular de ropa podía ser propicio para darle un "deslumbrante" aire a su aspecto sencillo. Tal vez Leon no pretendía sonar desdeñoso, pero las prendas que él sugirió para ella no eran en absoluto su estilo y, Abby no hubiese creado toda una escena en su cabeza en otra situación mas la ropa se asemejaba a los atuendos ajustados y seductores de su ex novia, nada más pensar que Leon trataba de hacerla parecer a Ada hacía que su estómago se retorciera y doliera.

Abby terminó ingresando al probador y con manos heladas se quitó sus ropajes y cubrió su cuerpo con el vestido color vino tinto. Se observó al espejo y como una broma su vista voló a sus cabellos cortos y negros. "Te verías bien con un nuevo corte. A mí me gustan las chicas de cabello corto", había soltado Leon y ella sin protestar había cumplido esos caprichos. "¿Por qué no tiñes tu cabello de negro? Seguro te luce bien", también dijo y Abby acató sin haberse percatado de sus intenciones. Bueno... en realidad algo en el fondo de su mente quiso dar advertencias de alto, sin embargo, ella eligió ignorarlas. Ahora esto se estaba desbordando al punto que su aspecto propio tomó el reflejo de alguien más.

Corrió la cortina del probador y miró directamente a Leon parado cerca de ahí. Los ojos del rubio se abrieron un poco más al apreciar su figura, sobre todo mientras deslizaba su mirar por aquella tela suave del vestido que se adhería a su cuerpo coquetamente. Haciendo contacto visual Abby se estremeció por un frío interno que entumecía sus huesos, pues reparó amargamente en que Leon no la veía, más bien fantaseaba con una mujer de su pasado. Se notaba por sus nebulosos y distantes ojos relampagueantes y su expresión tanto asombrada como muy consternada que ocultó con una tierna sonrisa apacible que causó estrágos en el corazón enamorado y destrozado de Abby.

De regreso en casa Abby dejó las bolsas con sus compras sobre el amplio sofá y se dejó caer sobre él, hundiéndose en la superficie blanda. En un movimiento de cansancio echó su cabeza hacia atrás en medio de un suspiro atribulado. El dolor en su estómago y cabeza iba en aumento y lo atribuyó al estrés. Como si su mente lo llamara, Leon se colocó detrás de ella contra el sofá y masajeó sus hombros al mismo tiempo que se inclinaba para ver más de cerca su rostro gobernado por el desconsuelo.

—Abby... sucede algo, ¿cierto? No has dicho nada durante el viaje de regreso.

La aludida se enderezó y su mano se arrastró hasta que sus dedos dieron captura a la bolsa con aquel vestido rojo. Sus labios temblaron antes de comentar:

—¿Te gustó cómo me quedó el vestido?

—¿Lo dudabas? Te ves increíble en él.

—¿Yo soy la que me veo increíble en él... o alguien más, Leon?

Leon caminó hasta plantarse adelante suyo con un semblante repleto de una enorme incertidumbre.

—¿Adónde quieres llegar?

Distinguir un deje de reproche en sus palabras le hizo hervir la sangre con molestia. Tuvo que respirar hondo y mandarse a serenarse ya que no era adecuado perder los estribos y darle motivos para quejarse luego de ella.

—Desde hace tiempo he notado que tratas de convertirme en Ada Wong. Todavía no sé si lo haces consciente o inconsciente, pero de todas formas lo haces y se siente como la puta mierda, ¿sabes?

—Yo no... no lo hago —Leon farfulló, arrugando con tensión el entrecejo y retrocediendo un paso.

Abby sacó el vestido de la bolsa con violencia y se lo enseñó encolerizada.

—¡Este vestido es similar al que usaba Ada en la última maldita reunión a la que fuimos! De hecho, me atrevería a mencionar que es el mismo. ¿Acaso es una coincidencia? ¡Mira mi cabello en este momento! Es idéntico al de tu ex. ¿Debo recordarte de quién fue la idea de recortarlo y echarle tinte? —lanzó el vestido al suelo y se sentó sobre el sofá otra vez, respirando muy agitadamente —. Esto es horrible —murmuró con sus ojos aguándose.

Leon se arrodilló ante ella y sostuvo su rostro, eliminando el rastro de lágrimas que resbalaban por la piel de su cara en un silencioso, salado y afligido trayecto.

—No llores —susurró con desmesurada culpa, su mandíbula se tensaba con una fuerza dolorosa —. No tiene sentido que llores así por mí. No lo valgo, Abby. Soy una mierda de persona por hacerte eso.

Leon retrocedió al sentir cómo Abby se removía incómoda con su toque. Quiso acotar algo más convincente, pero bien sabía el pecado irremisible que cometió contra ella, por lo cual no poseía en sus manos el poder de menguar sus pesares. Semejante a un muerto se desplomó ahí en el sillón enfrente de Abby, odiándose con rigor. Contempló el cabello lacio de tonalidad naturalmente cobrizo que se ocultaba bajo el tinte opaco en aquellos momentos y la culpa se tornó asfixiante.

—Terminemos.

Abby lo miró con ojos llorosos y asintió sin energías.

—De cualquier manera esta solo era una prueba, ¿no? Tú me habías advertido en el mismo día que empezamos a salir. Yo debí prever que nosotros no teníamos futuro... Supongo que me aferré a una falsa esperanza.

—Yo nunca debí permitirme iniciar una relación contigo sin haber superado esa etapa de Ada en mi vida. Sé que no tiene sentido decirlo ahora, pero... realmente lo siento, Abby.

Ninguno de los dos volvió a hablarse luego de aquel día fatal. Cada quien siguió como pudo con sus vidas deshechas y solitarias.

DEADLY KISS ✦ LEON S KENNEDYWhere stories live. Discover now