DEADLY KISS ✦ LEON S KENNEDY

004

「 ✦ Leon Version: RE2 remake ✦ 」

Con urgencia Abby se marchó de su trabajo de medio tiempo apenas sus horarios laborales finalizaron, con un sentimiento de intranquilidad condujo hacia el apartamento de Leon sin dejar de rememorar el mensaje que recibió de parte de un compañero del mencionado.

"Hola, disculpa que te
escriba así sin más. Soy
compañero de Leon y no
ha venido a clases toda la
semana. Se reportó enfermo
desde que reprobó el exámen
y no contesta mis llamadas ni
las de otros amigos. ¿Sabes si
él está bien? Nos dijo que eres
su mejor amiga, por eso quería
preguntarte. Lamento molestar.
Soy Matt".

Su preocupación no escalaría niveles extremos de no conocer bien al chico dos meses menor con diesciocho años recién cumplidos. Probablemente Leon se hallaba atravesando algún cuadro depresivo y jamás saldría de ahí por sí mismo, ella debía tomar las riendas de la situación, como siempre, y arrancarlo del infausto encarcelamiento emocional que lo tenía fieramente sujeto. Para esta apesadumbrada Abby no significó nada nuevo tener que hacerse cargo de Leon, se había vuelto una costumbre en su rutina, tanto que no recordaba cómo era vivir sin estar constantemente en alerta corroborando que él estuviera bien.

Sentirse responsable de otra vida aparte de la suya resultaba muy agotador, pero amaba demasiado al chico de cabello de tonalidad rubia como para ponerle una especie de alto. Leon demostraba no ser capaz de vivir sin ella y el miedo se hizo cada vez mayor ante la sola idea de que él se dañara si optaba por distanciarse y dejarlo tomar sus propias decisiones, en cuyo caso Abby dudaba que pudiese ser sencillo para Leon. A estas alturas no se podía alejar y tampoco sabía qué hacer para afrontar la cirscunstancia que los apresó hacía tiempo.

Ni bien ingresó al apartamento, del cual tenía una copia de las llaves, dirigió sus pasos al dormitorio y halló a Leon sobre la cama desordenada, tapado casi hasta la cabeza y sin emitir sonidos ni ningún movimiento más que su respiración tan rítmica y su pecho subiendo y bajando oculto por las mantas. Se acercó con el cuidado que se emplearía al no desear despertar a un pequeño felino y quitó suavemente parte de las mantas para apreciar su rostro adormilado. En su mentón se veía una barba incipiente, dando esto señales de que no estaba cuidándose como correspondía tras soportar las consecuencias del estado depresivo que le estuvo ocultando en toda la semana. La culpa le carcomió amargamente los huesos, pues por su trabajo y estudios había descuidado al chico.

Dejó su bolso y abrigo sobre una silla y partió a la cocina, allí comprobó que él no había estado comiendo, a juzgar por las tazas sucias en el fregadero ingirió solamente café o té. Abby puso manos a la obra y lavó las tazas y cocinó un rico y nutritivo almuerzo que sirvió en unos platos y los colocó en una bandeja para luego llevarlos al cuarto. La bandeja se encontró dispuesta sobre un mueble en tanto Abby se sentaba al lado del chico y acariciaba con delicadeza sus cabellos revueltos con intención de despertarlo.

Los párpados de Leon revolotearon tal mariposas y su mirada se topó con una sacudida a la figura bellamente mansa que estaba sonriéndole con un inmeso sentimiento de amor que despertó casi todo su sistema, dejando atrás el sueño.

—Hola, cariño —pronunció Leon con voz ronca, sintiendo su garganta seca, tratando de dedicarle su mejor sonrisa.

—¿Desde cuándo estás durmiendo?

—No lo sé...

Leon observó cómo la muchacha hacía una expresión de angustia y su corazón latió con culpa, no obstante, el apacible cobertor que se asentó a su alrededor al saber que Abby ahora iba a permanecer más tiempo a su lado lo orilló a olvidar la culpa momentáneamente. Era feliz si ella perduraba a su lado, sin importar si el mundo continuaba siendo una jodida mierda; tener a Abby significaba tenerlo todo. Si no la tenía cerca se ahogaba con la cruda soledad y el miedo constante de que ella encontrara a alguien mejor y se fuera le corroía cada pequeña partícula de su ser.