Capítulo 33

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El grupo se separó en parejas que tomaron diferentes rumbos

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El grupo se separó en parejas que tomaron diferentes rumbos.

Al llegar frente a sus cabañas asignadas, se dieron cuenta que de cerca eran todavía más impresionantes. Habían sido construidas con un estilo europeo que pocas veces se podía encontrar en Corea. Eran enteras de madera, con un pequeño porche en la entrada que obligaba a subir un par de escalones para entrar. Parecía sacada de una película invernal.

Felix metía la llave y giraba para dar pie al acogedor interior. Unas pequeñas bombillas de luz cálida alumbraban la estancia. Apenas había una sala con lo típico de una habitación de hotel. La cama, mesitas, un sofá... Y la puerta de lo que parecía el baño.

Changbin se dejó caer en el sofá y sacó el teléfono. Aunque él no iba conduciendo, las largas horas de viaje se notaban en el cuerpo.

—Ah, mira.

Llamó a Felix con las manos y le enseñó su teléfono. A este aún no le había dado tiempo ni a escoger un lado de la cama y Changbin ya estaba como en su casa.

—Mi madre me ha pasado una foto con sus amigas, ¿te conté que se ha unido a un club de lectura?

Esa señora siempre había sido un alma cándida y bastante dicharachera que se apuntaba a cualquier fiesta pero su hijo no esperaba que a los cincuenta estuviese más ocupada que él mismo.

—¿Es eso la Harper's Bazaar?

Felix acercó la nariz a su teléfono y amplió con los dedos. En efecto, todas tenían en las manos la última revista de la cual había sido portada. No sabía si avergonzarse a niveles cósmicos, echarse a reír o ambas. Se llevó las manos a la cara y escondió el sonrojo.

—¿Es lectura, no? Pues ya está. Explícale tú a mi madre que un club de lectura se supone que es para novelas y no para revistas de moda y chismes.

—Changbin, por dios... —susurró, y Felix se mordió el labio porque no se le ocurría nada más que añadir. Solo una profunda vergüenza ante el apoyo de su, ahora, suegra.

Cierto. Era su suegra. Realmente no distaba mucho de ser la madre de su mejor amigo a ser la de su novio pero se seguía impactando cada vez que lo pensaba. ¿Se habría percatado ella también? Juraría que había sido lo suficientemente disimulado para que nadie se diera cuenta de que estaba enamorado de Changbin pero, vaya, Jisung lo había visto y no era precisamente un chico muy avispado. Más bien solía estar siempre a sus asuntos.

—Estaba pensando —comenzó Felix—, tenemos que dar gracias de que Jisung sea más observador de lo que parece. No te negaré que me asustaba pensar en su reacción.

Changbin dejó el teléfono a un lado y abrazó la cintura de Felix, que se encontraba de pie delante de él. Era tan estrecha como siempre. Firme ante sus brazos pero solo físicamente, pues se derretía por dentro cada vez que le tocaba. Lo notaba. Esa rigidez muscular que siempre parecía acompañarle, quizá por la costumbre de desfilar y posar, abandonaba su cuerpo cuando la calidez de su piel le rozaba.

My pace - MinsungWhere stories live. Discover now