Junto Al Mal (Survivor/Yeongyu)

Cap. 4:Tengo mucho suerte al tenerte

Y este capitulo se la dedico a una personita, no tengo mucho por decir solo un gracias. 🥰mua
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Mtomimi

"Tus ojos son la luz entre tanta oscuridad,
desearía que esa misma luz,
me ilumine."

El chico alto de cabello negro iba saliendo del antiguo despacho de su bisabuelo con una decepción muy notable en la cara mientras desabotonaba el saco de su traje.

Camino hacia la cocina pero se detuvo apoyándose en el marco de la puerta mirando al chico pelirubio que se movía de un lado a otro revisando que la comida no se queme en el proceso cocción.

Una sonrisa se formó en sus delgados labios al ver al chico envuelto en tanta paz, la misma paz que le transmitía cada vez que estaba junto a él.

Entre tantas cosas malas era el refugio más confiable al que podía acudir.

El rubio tomó unos platos para colocarlos sobre la isla de la cocina para servir la comida. Ignorando la presencia del pelinegro.

—¡Ah!—Cerro los ojos con fue.rza tratando de recuperar su estabilidad emocional.—Maldición me asustaste.—Deja los platos sobre la isla de la cocina.

—Lo siento.—Camina hacia el rubio con una sonrisa decorando su bello rostro.

Lo abraza en cuando llega a su lado, abrazo que el rubio corresponde con mucho gusto.

Aspiro el aroma del menor como la mejor droga que haya conocido, un suspiro se escapa de su boca sin querer.

El rubio palmeo la espalda del más alto, otra vez ese suspiro, un suspiro de cansancio, impotencia, desesperación hasta cierto punto, frustración, decepción con sigo mismo.

—¿Qué te dijo el detective Kim?—Aunque por el comportamiento del chico sabía la respuesta.

—Nada. Otra vez nada, sigue sin saber nada de ellos.—Se aferro mucho más al rubio.

—No te preocupes, ya verás que aparecerán pronto.—Lo animo.

Eso mismo se decía, pero ya han pasando tantos años que a veces simplemente quiere tirar la toalla y dejar de buscarlos.

Pero también estaba una promesa que tenía que cumplir, no solo de palabra también de sangre.

—Eso espero.—Se separo del rubio sentándose en una de las sillas cercanas siendo seguido por el menor.

—Ya veras que si.—Le dio una sonrisa llena de amor como siempre.

—¿Te he dicho que tengo mucha suerte al tenerte?—Toco la pequeña nariz del rubio con su dedo índice.

—No pero deberías hacerlo. Y también deberías pedirme ayuda para comparar lo que llevaras al día fúnebre de tu padre. No tengo problemas con eso.

—Ah.—Calló al sacar ese simple sonido.—No lo he pensado pero ya te he dicho que no lo llames de esa manera.—No lo dijo como si estuviera enojado, parecía más una suplica.

—Pero es tu...—Los ojitos suplicante de su novio lo hizo callar.—Bueno, ¿como quieres que lo llame?

—Por su nombre.—No lo pensó dos veces antes de contestar.

No podía llamar padre a un hombre que solo vio una solo vez en su vida, su madre le dijo que no era culpa de aquel hombre, pero el no podía llamarlo padre aunque quisiera y pusiera toda su voluntad en aquello. No podía llámalo padre.