Persevera y triunfarás

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Como todo hombre que se jacte de serlo, Enzo había despertado muchas veces de ciertos sueños que lo dejaban...húmedo.

Pero ahora que ya era todo un adulto aquéllo le avergonzaba, no consideraba normal tener que bañarse antes del desayuno solo porque un sueño lo había dejado en un estado como aquél, aunque ni siquiera eso era lo peor de todo, lo peor de todo era el sueño en si.

Soñó con Matias, pero no en el ámbito de siempre, es decir dentro de la cárcel, si no allí mismo, en su cama.
lo soñó atrevido como realmente él era, con su pecho desnudo enredado entre sus sábanas.

Él no dejaba de besarlo y moverse sobre su cuerpo; lo disfrutaba, disfrutaba cada centímetro de piel que sus manos alcanzaban mientras Matías aceptaba esas caricias y le pedía más.

Ahora, que había despertado y tomaba un café lo suficientemente fuerte para despertarlo, no podía dejar de pensar en aquél sueño.

Entendía de dónde había venido, Matías le atraía, le parecía sensiblemente hermoso, hermoso y prohibido, era solo un chico joven que estaba preso, la idea le resultaba un poco enferma.

●●●

Llegó puntual como todos los días y empezó a dar su clase viendo, después de largas semanas, a Matias presente.
a ese punto ya no sabía si realmente las clases iban a servirle de algo, pero le gustaba verlo, no había podido hacerlo desde la visita a la enfermería y ahora parecía bastante recuperado.

Pudo notar que además de recuperado estaba claramente drogado una vez más, no porque molestara como aquélla vez, pero sus pupilas dilatadas lo dejaban en evidencia.

Cuándo la clase terminó Enzo se quedó sentado esperando que todos se vayan sabiendo perfectamente que Matías esperaria lo mismo para acercarse, y asi fue.

-¿estás mejor?-le preguntó simulando ordenar sus papeles, aunque no podía evitar mirarle el pecho. no estaba desnudo como en su sueño, pero lo ponia nervioso de todas formas.

-si-dijo él sentándose sobre el escritorio. Enzo quería pedirle que se baje, pero no iba a mentirse a si mismo, le gustaba su cercanía

-no me gusta que estés asi, ya te lo dije muchas veces-le dijo en referencia al claro estado de aturdimiento por la droga

-¿y como te gustaría que esté?-preguntó él buscando su mirada con la suya

-sobrio,limpio...

-te extrañé...-le dijo embobado y era cierto, lo que sentía por Enzo, sea lo que sea,parecía crecer en él

-Mati,no

-pensaba en vos todos los días, esperaba que fueras a verme

-no podía, lo intenté pero no me dejaban

-bueno no importa, al fin te veo de nuevo-le dijo dedicandole una sonrisa tan inocente que Enzo sintió como su pecho se rompía un poco-¿vos pensabas en mi?

-claro,estaba preocupado

-no, asi no. ¿pensabas en el beso?

-fue un beso paternal

-te puedo decir papi si querés

-bueno, basta-dijo poniéndose de pie,realmente necesitaba ponerle fin a sus provocaciones,la puerta estaba cerrada pero cualquiera podría abrirla, incluso un suave viento, ese lugar se caia a pedazos

-me gustas un montón-confesó Mati, lo que era una obviedad pero nunca se lo había dicho. Enzo no dijo nada, lo miraba atónito-dale, decime que yo también

-soy tu profesor, Matías

-podes ser mi novio

-¡¿tu novio?!-le dijo riendo

-¿sabes como se cogen a todos los pibitos los guardias y personal de acá? no vas a ser el primero

-yo no te usaría así-contestó él muy afectado por esa información

-te lo estoy ofreciendo

-¿eso queres? ¿coger?

-no-murmuró Mati avergonzado, podía entender que lo había ofendido-no te enojes...-y de pronto, recordó-te escribí algo cuándo estuve internado, casi me lo tengo que meter en el culo para que nadie lo vea

Algo tímido le entregó un pedazo de papel manchado y escrito con su letra que era más bien un gran garabato.

Era una especie de poema que hablaba sin ningún tipo de tapujos sobre lo que sentía por él.

-seguro tiene faltas de ortografía y...

-es muy dulce, sos muy dulce-le dijo sonriendo, era ciertamente un gesto muy tierno

-quiero más que coger, y sé que vos también-dijo arrastrando su mano por encima del escritorio. sus dedos hicieron contacto con los de Enzo, que él no retiró

-no es así

-no le sonreis asi a todos-murmuró acercando su rostro hasta el suyo

-acá no...-dijo él esquivandolo

-dale, te veo en la plaza a la tarde-ironizó algo cansado

-no seas así, nos pueden ver y yo no quiero ser parte de la gente que ejerce abuso de autoridad

-tengo unas ganas de comerte la boca cuando hablas así

-que hormonal que sos

-¿sabes cuánto hace que no la pongo?-preguntó-diecinueve años, en realidad

-¿sos...

-se, me estoy guardando para vos

-anda al patio, dale-le dijo riéndose y sacando su mano para seguir guardando las cosas

-¿y si nos vemos en el pabellón de las nenas?-le preguntó, refiriéndose al pabellón de los homosexuales-al costado no hay nadie

-no creo

-te voy a esperar

-no puedo ir

-dale, te quiero agarrar la mano un ratito más

-seguro que queres eso solo...

-prometo que me porto bien-le aseguró y poco después se fue.

●●●

Contra toda moral, Enzo fue hasta allí con mucho cuidado de no ser visto.
era un pasillo húmedo,oscuro y sucio.

se lo encontró tirando una colilla de cigarrillo al suelo, apoyado contra la pared

-no me plantaste, ya pinta anillo-le dijo Mati cuando lo tuvo frente a frente

-no quería dejarte solo

-¿es eso o que querías verme?

-que insistente sos

-persevera y triunfarás, dicen, y yo con vos quiero triunfar

Enzo sonrío y miró el lugar, si hacían silencio podían escucharse las ratas

-lindo este lugar...

-vos sos lindo-le dijo Mati mirandolo. lo deseaba tanto que ya no le importaba disimularlo aunque nunca lo hizo realmente.

Enzo lo miró también y se sintió derrotado, el pendejo le gustaba, ya no podía engañarse

-vos también sos lindo-le dijo con cierta timidez

-¿tanto como para que me des la mano de nuevo?-le preguntó estirando su mano

Enzo la tomó,enredó sus dedos con los suyos y en un segundo de inconsciencia, dejando todos sus pensamientos de lado, lo atrajo hasta él y lo besó.

lo tomó del rostro con ambas manos mientras Mati lo abrazaba por la cintura y se besaron allí, en ese horrible lugar que ahora les parecía un poco más bonito.

¡Me matan, limón!: 𝐞𝐧𝐳𝐨 𝐱 𝐦𝐚𝐭𝐢𝐚𝐬Where stories live. Discover now