¡Me matan, limón!: 𝐞𝐧𝐳𝐨 𝐱 𝐦𝐚𝐭𝐢𝐚𝐬

Víctima de sus circunstancias

Dario sabía muy poco de la vida de su hermano, habían compartido la infancia más precaria que existía y en cuánto entró en la adolescencia se olvidó de Mati hasta que este empezó a seguir sus pasos.
Sin embargo podía notar algunos cambios en su personalidad, lo veia, después de días de no consumir, hacerlo de nuevo y de una forma excesiva, parecía un zombie bajo el sol.

Le preocupaba, y a decir verdad podía relacionarlo claramente con aquélla noche en la que Esteban se lo había llevado a la salida.

-¿me vas a contar que pasó?-volvió a preguntarle por ya no sabía cuanta vez al verlo nuevamente consumiendo alli, en el precario cuarto que compartían en la cárcel.

-no pasó nada

-no paras de tomar merca desde esa noche-le dijo. y al no recibir ninguna respuesta, insistió -Matias..

-no me rompas las pelotas-le gritó él, cada día parecía más violento

-¿que hiciste esa noche?

Mati se paró del colchón y salió del cuarto sin responder.

El sol le pegaba fuerte sobre los ojos.
estaba tan drogado que su cuerpo le parecía de goma, pesado y liviano a la vez.

Llegó hasta las salas de visitas y esperó a Enzo arrepintiendose un poco de haber tomado tanto antes, le daba mucha vergüenza que lo viera de ese modo.

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Enzo llegó poco después.
Mati no quería hablar, hablar lo iba a dejar al descubierto, así que se sentó sobre sus piernas, en la cama,y empezó a besarlo, cubriendole la boca cada vez que Enzo intentaba decir algo.

-hey...-murmuró el mayor, le gustaban sus besos, pero hacia días que lo sentía raro y eso le preocupaba-Mati, despacio...¿que te pasa hoy?

Mati se apartó de forma brusca y se puso la capucha del buzo que llevaba, en un intento por no dejar ver las pupilas que cada vez parecían más grandes.

-podemos hacerlo bien-le dijo Enzo con él en sus piernas aún-o no hacerlo...

-¿que haces acá vos? no deberías perder el tiempo conmigo-dijo de pronto poniéndose de pie

Sentía mucho frio, tal vez algún efecto de la droga que él desconocía

-no es tiempo perdido para mí

-no sirvo para un carajo, Enzo, estoy arruinado yo

-¿volviste a tomar?-le preguntó. no hacía falta ser un adivino para saberlo-¿porque,Matias?

-¡vos no sabes un carajo lo que es estar acá adentro! venís con tus libros de mierda, das clases, te sentís superior a nosotros y de paso te manoseas a un villero, estás de visita en el zoológico ¿no?

sus palabras a Enzo le dolían pero también le hacían enojar.
se puso de pie listo para irse, pero Matías se puso delante

-eso soy para vos,un monito...

Haciendolo a un lado, cosa fácil pues Matias parecía cada vez más flaco y débil, intentó salir

-no te vayas-le pidió él arrepentido, tomandolo de un brazo

-andate a la mierda, no voy a soportar esto...

-perdón, perdón-empezó a lloriquear él,-sos lo mejor de mi vida, por favor no te vayas

Enzo se detuvo y lo miró.
le angustiaba verlo asi, era una victima de sus propias circunstancias y enojarse con él era absurdo.

Lo abrazó sintiendo sus costillas palpables mientras él le apretaba la cintura con ambas manos.