𝐌𝐂𝐒𝐌 (𝐅𝐚𝐧𝐟𝐢𝐜) - 𝐒𝐨𝐦𝐛𝐫𝐚𝐬 𝐲 𝐑𝐞𝐜𝐮𝐞𝐫𝐝𝐨𝐬.

【𝟢3】𝐃𝐞 𝐫𝐞𝐠𝐫𝐞𝐬𝐨 𝐚 𝐂𝐢𝐮𝐝𝐚𝐝 𝐅𝐚𝐫𝐨.

Desde que comenzó la lucha contra el Administrador hace un año, Petra me hizo notar su sensación de soledad y desplazamiento. Me confesó aquello que la hacía sentir vulnerable y su deseo de apoyarla en esta nueva aventura, cosa que no dude ni por un segundo en aceptar.

Ahora, ambos caminamos en silencio durante un tiempo, sumidos en nuestros propios pensamientos, hasta que Petra rompió el silencio.

— ¿Estás bien, Jesse? –Me pregunto Petra haciendo notar su preocupación por mí.

No sabía qué responder. Físicamente, estaba bien, pero emocionalmente, no lo sabía. Mentalmente, algo no estaba bien. Mi memoria estaba fragmentada; parecía un rompecabezas incompleto que estaba resuelto con las piezas incorrectas.

No respondí nada y Petra se acercó más a mí tomando el brazo que antes sujeto con fuerza ahora con delicadeza.

— Todo va a estar bien, Jesse. Vamos a resolver esto, como siempre lo hemos hecho.

Le agradecí su comprensión y lamenté que nuestra aventura hubiera tomado este giro.

— Gracias Petra. En verdad no sé que está pasando, pero lamento que la aventura haya terminado así tan repentinamente... Lo lamentó.

Petra soltó mi brazo para esta vez rodearme con uno de sus brazos mirándome con paz y tranquilidad, tal vez buscando hacerme sentir mejor.

— No hay nada que lamentar, Jesse. La aventura no ha terminado; –La pelirroja hizo una pausa. — más bien, acaba de comenzar.

Su tono energético animó mi espíritu, pero aún no podía quitarme de la cabeza el repentino recuerdo de una joven a la que llamé Jessica. ¿Quién era Jessica? No lo sabía, pero cada pieza en mi mente que parecía encajar se esfumaba sin dejar rastro y era reemplazada con una incorrecta que simulaba ser la verdad.

Durante el día, Petra y yo continuamos nuestra caminata, y el sol comenzó a descender en el horizonte. No podía dejar de pensar en esa posibilidad de tener una hermana. Hasta donde recordaba, siempre fui hijo único, nada más que un huérfano desamparado hasta que encontré a Reuben. ¿Una hermana? Era una perspectiva nueva, pero de alguna forma le encontré cierta belleza en esa posibilidad.

El atardecer caía sobre nosotros, y Petra sugería pasar la noche en el último lugar donde tuvimos posada para reagruparnos. Entre el murmullo de la naturaleza y los destellos dorados del sol que comenzaban a aparecer, seguimos nuestro camino hacia lo último conocido.

— ¿Te sientes bien? –Petra me preguntó una vez más, pues ella más que nadie sabía cuando no estaba bien e intentaba ocultarlo.

No sabía qué decir. Mi mente estaba llena de preguntas sin respuestas y recuerdos que se escapaban como el humo entre mis dedos.

— Estoy tratando de entender todo esto, Petra. Es como si hubiera algo bloqueado en mi mente...

— Vamos a resolverlo juntos, Jesse. Somos un equipo. –Petra también sentía su mente bloqueada de algo, no tenía tantas respuestas como ahora Jesse con la idea de tener a su hermana Jessica, pero sabía que algo en su memoria le había sido arrebatado.

Continuamos caminando, y a medida que los pasos crecían, me di cuenta de que esta aventura apenas comenzaba, pero ya estábamos inmersos en un misterio que desafiaba nuestras percepciones y amenazaba con alterar la esencia misma de nuestros recuerdos y relaciones. La incertidumbre se cernía sobre nosotros, pero, con la compañía de Petra, sentía que podía enfrentar cualquier desafío que el destino nos tenía preparado.

Jesse y Petra continuaron su viaje a través del frondoso bosque, avanzando entre los altos árboles que se mecían suavemente con la brisa. El camino se volvía cada vez más estrecho a medida que avanzaban, y los rayos del sol se filtraban a través de las densas hojas, creando un juego de luces y sombras en el suelo del bosque.