-Eres mía Naia-
-Soy consciente-
-Aún cuando todos te nieguen, incluso si tú no me aceptas por completo... eres mía-
-Lo sé y me alegra pertenecerte-
Créditos de portada a @Editorialsilver y @Ivanessac10
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|| ꧁) ༒ (꧂ ||
꧁𝕮𝖊𝖑𝖔꧂
Naia.
—Oh por Dios William— Grité.
William me tenía sobre el, montándolo, mientras el movía sus caderas como si estuviese poseído, sus manos se aferraban a mis caderas mientras que su enorme miembro salía y entraba de mi sin parar, sin darme un descanso.
Y así ha sido desde hace tres días.
Para él no fue para nada difícil zafarse de las cadenas, él al verme enloqueció de deseo y yo no entendía nada de lo que estaba sucediendo.
Dalia viene una vez al día y nos trae comida, bastante comida, William le gruñe como si no hubiese un mañana hasta que ella se marcha y me sostiene todo el tiempo, no hay un momento en el que él me suelte.
Al menos me deja dormir algunas horas.
Por lo poco que Dalia pudo explicarme, William está pasando por la época del celo, si, celo.
Para mi fue demasiado sorprendente, pero no puedo decir que no me lo esperaba.
William se resguardó aquí porque en sus épocas de celo anteriores a esta el había acabado con la vida de cada una de sus amantes.
Perturbador realmente.
Y al yo ser humana, el tenía mucho miedo de hacerme daño, ya que no estaría en su momento más racional.
Que no lo está, el está completamente fuera de sí.
Tampoco es que me queje...
—Mía, mía, mía— Gruñe mientras me embiste desde abajo y yo solo puedo clavar mis uñas en sus hombros como único agarre.
—Tuya— Gemí y pude sentír un gruñido de satisfacción salir de su boca.
Sin salir de mi interior nos cambió de posición, recostandome quedando de esta forma el encima de mí mientras me embestía con rapidez y comenzaba a chupar mis pezones los cuales estaban demasiado sensibles por tantas mordidas y estimulaciones.
Me arqueé al sentir mi orgasmo cerca.
William soltó un gruñido dándose cuenta de mi nuevo orgasmo y este llegó cuando sentí sus dientes clavandose en mi cuello.
El salió de mi y chupó mi sensible clitoris mientras lamía todo mi reciente orgasmo y yo no pude evitar estremeserme ante las sensaciones en mi zona demasiado sensible tras el orgasmo.
El comenzó a besar mi estómago, mis muslos y todo mi cuerpo.
Lamió la cara interna de mis muslos mientras me dedicaba una mirada lasciva, y yo sabía perfectamente lo que venía.
