CAPITULO 16

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DESCUBIERTO

MARK

Salgo del gymnasio, camino hacia mi carro, mis pasos se vuelven lentos al ver un sobre negro en el parabrisa, miro a todos lados, no hay nadie sospechoso, me acerco, lo tomo, vuelvo a mirar a todos lados, ¡maldita sea! 

Me subo y arranco, el enojo crece y crece, me detengo cuando cambia la luz, termino golpeando el volante, ¿A quién mierda le importa con quien tiro o no? Paso las manos por mi cara estresado, ¡hijos de puta! 

El pito incensante de algún desesperado me hace regresar a la realidad, miro por el retrovisor es un carro rojo que se detiene a mi derecha, el tipo que conduce me insulta, no le presto atención.

Tomo mi teléfono y le marco a Russell, no me contesta, avanzo hasta su casa. La empleada me abre, le pregunto por Él y me dice que está durmiendo, entro a su habitación y efectivamente está dormido boca arriba con el torso descubierto, tan plácido, mientras yo me estoy consumiendo de la ira, le tiro las cartas.

Abre los ojos confundido, se mira el pecho y me mira a mi. 

—¿Qué te pasa? —se sienta toma el sobre en sus manos— ¿Qué haces aquí? ¿Por qué estas tan enojado?

Estoy tan molesto que no sé como mierda reaccionar, qué pensar, qué hacer.

—Abre los malditos sobres —le señalo el sobre— ahí esta la respuesta de mi enojo.

Russell abre el sobre y saca las fotos, su cara se descompone.

—No me parece gracioso Mark... deja la broma —me dice sin apartar su mirada de las fotos.

—No soy yo idiota, lee la puta carta —me giro, estoy muy molesto, sé que no debo desquitarme con él, pero no puedo controlarme.

Escucho a Russell que se levanta, me giro y está cerca de mi enojado.

—No me grites pendejo, conmigo no te desquitas —me grita.

Toco su hombro, Russell se sacude enojado.

—Lo siento perdóname —me sacudo el cabello— pero lee la carta, me van a joder la vida, esas fotos no se pueden publicar.

Russell se sienta en la cama para leer la carta, lo observo, no puedo formular palabra alguna.

—No solo a ti —me mira— Aquí menciona otra carta.

Lo miro por unos segundos y la pregunta se me escapa.

—¿Tú has recibido una carta?

—No, ¿ya te lo habría dicho, no crees?

—Russell me parece raro que solo yo reciba una carta ¿por qué tú no? —me mira enojado— los dos salimos en esas fotos...

—¿Piensas que yo fui? ¿Qué soy capaz de hacerte esto? —me pregunta incrédulo, ofendido.

—¿Qué quieres que piense? —le pregunto alterado.

Russell me mira decepcionado, tiene lágrimas en los ojos.

—Lárgate —grita enojado, no sé que hacer, intento acercarme y me empuja.

—¡Qué te largues te dije! —me grita.

Lo miro, me giro, salgo de su habitación, de su casa, me subo a mi carro golpeo el volante enojado, las lágrimas empiezan a salirse de manera involuntaria, siento cosas por él, no me gusta pelear con él, solo con él me siento libre, puedo ser yo. Necesito hablar con él, lo llamo, pero contesta, conduzco hacia mi casa, me encierro en mi habitación.

EXTORSIÓN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora