CAPITULO 29

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PROBLEMAS EN EL PARAISO

Maggie

Le doy una calada a mi cigarrillo mientras me dirijo al vecindario de Michael, no tengo la más minima idea de como abordar el tema del bar, de como ganarme su confianza, sin que sospeche mis intenciones, no quiero utilizarlo, pero es la única persona que me puede dar información sobre el lugar y por ende del ministro.

Conversé con Roberto esta mañana, está muy emocionado con el proyecto actual, y yo me emociono con él, lo extraño y mucho no me gusta estar tantos días sin él, me enamoramiento hacia ese hombre me tiene mal, quiero verlo, besarlo, tocarlo, hacerle el amor, aunque él se me burle cada vez que lo llamo de esa manera, para mí es lo hacemos porque siento que cada vez que lo hacemos lo amo más, lo hemos hecho por videollamadas pero no es lo mismo, sin embargo lo hago porque no quiero que caiga en tentaciones me dolería mucho si eso pasará.

Llego a la casa de Michael, le envió un mensaje diciéndole que estoy afuera, sale solo sin sus hermanos, de seguro me dirá que nos quedemos en su casa, no tengo problema en que traiga a sus hermanos, pero si me afecta el hecho de involucrarme mucho con él, la verdad me siento mal, nunca he usado a una persona para lograr un objetivo y Michael no me desagrada.

—Hola —se asoma por la ventana.

—¿Nos vamos? —asiente y rodea el carro para subirse— ¿Y tus hermanos no vienen? —le pregunto cuando está adentro.

—Hoy mamá salió más temprano del trabajo.

—¿Pasó algo?

—Nada. —me contesta muy serio.

—¿A dónde quieres ir?

—Tú elige, pero vámonos por favor.

Enciendo el carro y conduzco sin dirección.

—Dime algún lugar porque no se para donde coger —me mira con cara de "no sé" — ¿cafetería?

—Si está bien por mi.

Conduzco hacia una cafetería cercana, llegamos al lugar y me estaciono. Nos bajamos, buscamos una mesa, pido un café ya que no hace mucho comí, él pide un té helado alegando que ya comió.

—¿Hoy no trabajaste? —me pregunta rompiendo el silencio incómodo que se creo desde que se subió al carro.

—Sí, solo que hoy decidí salir temprano —bebo un poco de mi café— y... pues quería saber como estabas, te ví muy atormentado y... tus hermanos ¿Cómo están?

—Bien, hubieras visto sus rostros cuando vieron las hamburguesas, mi mamá si nos lleva a comer fuera de casa, o nos prepara los fines de semana que está en casa, pero un día de escuela y ver hamburguesas es como premio para ellos.

—Me alegro mucho, pero tú no te ves feliz ¿Qué pasó? —está muy serio, su mirada fija en el vaso que sostiene en sus manos— Michael sé que no nos conocemos, pero puedes contarme... claro si quieres.

Bota el aire de la boca.

—Ayer estábamos saliendo de casa por la mañana —sigue mirando el vaso— y... ese tipo estaba afuera borracho como siempre —aprieta el vaso— quería quedarse en casa como hacía antes y mi mamá le dijo que no y yo la secundé...

—Michael...

—Le dije que si no se iba llamaría a la policía —bebe un poco de jugo y vuelve a enfocarse en el vaso— y me amenazó...

—¿Qué te hizo? —le pregunto asustada, me cuesta creer que un padre trate así a un hijo, sé que en el mundo habemos de todo, pero mi papá es un tesoro, mi suegro a pesar de que no estaba muy inmiscuido en la vida de mi novio, siempre le demostró amor.

EXTORSIÓN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora