Gukmin

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Al llegar a mi casa alquilada Jungkook se detuvo, expectante en la entrada, demasiado quieto, demasiado temeroso, demasiado tenso… ¿Cómo es posible que un hombre maduro y tatuado tuviera miedo de un niño de casi cuatro años? Pero ser grande y fornido no significa que no tengas sentimientos. 

Sonrió regresando los pasos hasta donde se encuentra para depositar un beso en su mejilla. Entrelazo nuestras manos y lo guió hasta dentro de la casa una vez logró digitar el código de acceso. 

Jungkook en su mano libre aferra una bolsa de papel roja con un gran estampado en el centro de Marvel y al otro lado la icónica “A” de los Avengers y el personaje de metal protagonizado por Robert Downey Jr. Quien había dado vida en otra franquicia de Hollywood a uno de mis personajes ficticios favoritos, el investigador privado Sherlock Holmes. 

—No estés tan nervioso —deslizó la gabardina fuera de mi cuerpo colgandolo en el perchero —Gukmin no suele desayunar personas por la mañana —me burlo. 

Jungkook niega repitiendo mi acción al quitar su propio abrigo. 

Hablando del rey de roma sus pasos descalzos resuenan por el piso de la casa en nuestro encuentro, pero estos se detienen en cuanto llega a un par de metros de distancia. 

—¡Qué hace él aquí! —exclama a la defensiva, sus ojos iluminandose momentáneamente al ver la bolsa de papel en la mano de Jungkook. Sin dejar de ver a la cara a su padre, avanza hasta estar envuelto en mis brazos. 

—No debes ser grosero Guk, el hijo que he criado no es grosero con los adultos. 

Baja la mirada, molesta y avergonzada, hundiendo su carita molesta en mi estomago. 

—Lo siento papi… ¿pero qué hace aquí? 

—Bueno, él… Quiere charlar contigo, no querías conocer a tu appa. 

Gukmin juguetea con sus dedos y sin verlo a la cara de nuevo asiente, tan lento que casi es imperceptible el movimiento suave de su cabeza. 

—Yo… No sabia que te gustaba y… 

—Mi appi te dijo que me gustaba Ironman, ¿verdad? 

—Ujum. 

Niego, dejando a esos dos versiones de sí mismos lidiar con sus propias personalidades. 

Gukmin era un niño amable, cariñoso y juguetón, pero cuando se lo proponía podía ser un dolor de cabeza y todo un mini adulto. 

Al entrar a la cocina encuentro a nana enfrascada con los trastes, le doy una pequeña sonrisa de disculpa y ella asiente, sonriendo de igual manera. 

—Me temo que tengo malas noticias Jimin. 

—Malas noticias… ¿acaso es mi padre? 

—¡Que! O no —sonríe apenada, niega. —es sobre mi estancia en corea, me temo que tendré que volver a Irlanda… Mi padre ha entrado al hospital… 

—Oh, lo siento mucho Nana. Espero que el señor Eoin se encuentre bien. Cualquier cosa aquí estoy… 

Nana sonríe apenas asintiendo levemente. 

—Es viejo Jimin, solo espero poder llegar a tiempo. 

Parece resignada. Aun así, el dolor se refleja en sus ojos azules. 

—Lo harás nana. Gracias por toda la ayuda —. Me regala una sonrisa pequeña y sin brillo. 

—Pero… —duda un segundo, sus ojos desviándose hacia el par de hombres que se sientan sobre el sillón. 

zona de fans IIWhere stories live. Discover now