ஜ Prólogo

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El rostro sonrosado del menor era totalmente un espectáculo para él, aunque por mantener los ojos cerrados y su atención en sus acciones no lo dejaban disfrutar mucho de la vista, pero todo valía la pena, Chris esperó toda una eternidad para que este momento caluroso con su omega sea dado, que no sabe cuál de sus dos cabezas debería usar en esta habitación.

Él siente el paraíso en sus labios mientras impactaba con su piel suavemente.

El aleteo en el estómago, su vergüenza yendo a un drenaje, al no tener pudor ni razón de que ahorita mismo se hallen en casa de su novio para supuestamente ver una película. A Bang no le importaba, solo seguir tomando a su bebé con un estilo de pasión indomable era su preciado lujo del presente.

Pero...

Al parecer se olvidó de qué tipo de omega se trata su bebé.

—¡A-ah! ¡Chan! —chilla el castaño al sentir los labios contrarios tomar un rumbo por debajo del mentón, casi en el cuello—. ¡Channie!

Oh, vaya.

El alfa para en seco, subiendo la cabeza para verificar no haberle hecho daño a su omega, mirándolo tan preocupado como si su alma dependiera de un hilo muy delgado.

—¿Qué pasó, Innie? —pregunta con un tono sorprendentemente tan suave y alarmado. La mayoría de veces él describía su voz como una gélido si se trata de usarla con el resto, pero para su omega, le salía dulce y serena.

Chris se queda confundido al momento en que Jeongin abre lentamente los ojos, mostrando esa figura de un gatito pequeño enojón, tomando contacto visual directo, y luego haciendo un puchero.

—Se supone que veríamos películas... —reprocha en un murmuro con las mejillas sonrosadas, en parte esa sí era la razón. Chris suspira algo aliviado, aunque un poco decepcionado, estaba tan cerca... como las otras treinta y cuatro veces.

Sí, él las contaba.

—Bueno, al menos solo era eso —habla para sí mismo, acomodándose otra vez en el costado del omega. Hoy no será el día.

Jeongin ladea su cabeza y toma una bocanada de aire con el propósito de seguir continuando la película de princesas que se habían dispuesto a ver al principio, sin embargo, esta lanza un dramático grito de horror al visualizar el pase de los créditos en un fondo negruzco, cayendo en cuenta que no apretó el cuadradito que significa "stop" en el momento debido.

—¡Por culpa de hacer esas cosas raras no vi la parte en donde Tiana se convierte en humana! —lloriquea el omega—. ¡Has destruido MI infancia!

Él regaña y Chris se encoge un poco en su sitio.

—Pero, Innie, ya has visto esa película millones de veces, ya te sabes esas partes de derecho y al revés —se intenta excusar el rubio—. Además, no es cosa del otro mundo tener se-

Rápidamente, Chris siente una mano en su boca, y de soslayo, un Jeongin con las mejillas ceñidas del rojo más fuerte que haya visto sosteniendo con sus palmas los labios del alfa, que arquea una ceja cruzándose de brazos, desorientada.

El rubio abulta los labios, aunque su novio no los vea por la mordaza carnal que la cubría, solo con Jeongin hacía esas acciones bajas, los demás ni en sus sueños atisbaran a un Chris Bang con un puchero.

No, no.

—¿dbije adlgdo mabdo? —intenta hablar bajo la mano que la cubría. El castaño niega—. ¿ebntonbcesb nobtebgusbtob?

Lo último suena desanimado. Jeongin frunce el pequeño ceño levemente, claro que sí le gustaba las sensaciones que le transmitió el alfa en momentos anteriores. Solo que se trataba de otra cosa, algo como desconfianza.

Estaba segura de que más allá de la vergüenza, Chris creía que se trataba de su inocencia el hecho que le impide llegar a realizar el segundo paso de la relación, ya que sería su primera vez. No obstante, era todo lo contrario, Jeongin sabía perfectamente conllevar temas sexuales, sabía que esos besos en el cuello que le ofreció su novio iban a bajar poco a poco hasta llegar 'ahí'.

Y, a decir verdad, Jeongin le teme algo a ser... ser "lastimado" en esa zona por la rudeza del momento. El día en que su hermano mayor, Yang Yongbok, regresó a casa luego de que este haya pasado su celo con su novio, y acompañado de una novedosa marca que representaba el reclamo de un alfa, le forzó a contarle con detalles sobre la famosa experiencia.

Incluso si el pobre Yongbok se hallaba ese día muy adolorido, este no demoró en narrar cada suceso para que lo deje descansar. El castaño juraba que llegó a explicarle las posiciones que tomaron Hyunjin y él, quedando de acuerdo en que todas eran dolorosas y extrañas, muy excéntricas para su persona.

Niega con la cabeza, sacándose esas ideas.

—Solo quería verla —demanda apagando la pantalla para regresarla en televisión por cable normal. Tira el control por la mesita de su lado y apoya la cabeza por el plano pecho de su alfa, Jeongin presiente calidez, y los latidos contrarios en su oído—. Channie...

—¿Uhm?

—¿Me amas mucho? —pregunta levantando sus ojos en dirección al rubio. Chris esboza una sonrisa enternecida y le da un beso en la frente con mucho cariño.

—Es obvio que te amo, Innie, tanto que moriría por ti —contesta sin titubear. El castaño abre los ojos con demasía y le tira un golpe sonoro en el hombro—. ¡Auch! ¡¿Y eso!?

—¡Es por decir que morirías por mí! —reprochó—. Tú no vas a morir Channie, jamás lo harás, es más, eres inmortal, o más te vale serlo o no te vuelvo a hablar en tu vida y encima lloro.

Intenta amenazarlo fulminándolo con los ojos para luego cruzarse de brazos y el alfa los tuerce con un poco de miedo.

—Lo-lo que tú digas, bebé.

Porque sí, Jeongin a pesar de todo era el bebé de Chris. Aunque el rubio se trate de un celebre alfa que marca pavor en cada paso que da, conllevando todos los días de su vida una chaqueta tan oscura como describirían todos su corazón, y una fuerza férrea en los campeonatos contra adversarios de la escuela. Él solo tenía a un omega a quien amar.

Y a quien temerle a veces porque lo ama mucho.

Y a quien temerle a veces porque lo ama mucho

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Soft Sex ☘ ChanInDonde viven las historias. Descúbrelo ahora