♡°¿Y Si Hacemos Un Muñeco? °♡

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"Prohibir algo es despertar el deseo"
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La tranquila atmósfera de la oficina de hace un momento había desaparecido, la tensión entre ambos hombres era palpable.

El Alpha, con su porte dominante y su mirada penetrante, apenas podía contener sus instintos salvajes al estar tan cerca del Omega, cuyo aroma dulce y tentador inundaba sus sentidos.

Minho estaba luchando contra su propia tentación, pues llevaba varios intentos fallidos de hacer comprender a Jisung que la oficina no era el lugar adecuado para pasar su celo. Además no sabía sí lo que le pedia Jisung lo deseaba de verdad, pero su alfa interno le decía que era el momento y eso lo ponía más tranquilo.

Nunca imaginó tener algún tipo de encuentro así en su oficina así que no tenía nada que lo ayude en ese caso, ni si quiera supresores.

La escena era un poco cómica y apasionada. Tenía al omega totalmente excitado con los brazos enredandos en su cuello y lamiendo el mismo mientras se restregaba contra su cuerpo provocado que la ropa se vuelva un desastre fuera de su lugar, mientras Minho sudaba frío.

Iba a perder totalmente la cabeza, no podía sacar a su omega así y exponerlo ante más alfas, solo de pensarlo se ponía celoso, pues esa ardillita rabiosa, tierna y tremendamente perversa era solo suya, de nadie más.

Faltaba poco para que todos los empleados salgan a su almuerzo, así que decidió tratar de entretener al omega hasta que fuera seguro llevarlo a casa.

Es que Minho podía ser hombre, pero ante todo era un caballero. Su esposo merecía un lugar mejor, cómodo y especial, y sí de verdad era el momento concebir a sus hijos, definitivamente no sería allí.

Con aquello en mente, alzó fácilmente al Jisung llevándolo hacia el sillón para después colocarlo sobre sus piernas, como si fuese un bebé. El omega solo atinaba a ronronear y aferrarse al Alfa como sí su vida dependiera de ello.

- Ji, amor, estoy aquí contigo, no iré a ninguna parte_ dijo Minho minho mientras soltaba feromonas para calmar al omega.

Lo que no sabía el alfa ingenuo fue que, en lugar de calmarlo eso solo lo excitó más.

- Alfa mío

Fue lo último que escuchó Minho antes de ser prensado contra el espaldar del sofá y que sus labios fueran vilmente asaltados.

No supo en qué momento Jisung había tomado esa posición, pero ahora tenía al omega con una pierna a cada lado de su cadera, y no fue hasta que empezó a rozar su trasero con su entrepierna que se dio cuenta de cuán mojado se encontraba. Estaba lubricando demasiado.

No sabía si eso lo preocupó o lo excitó más, el tener a su omega moviendo sus caderas como un profesional sobre su regazo, ronroneando y soltando pequeños suspiros y gemidos contra la piel de su cuello mientras rozaba su oreja no le permitía pensar en otra cosa que no fuera preñarlo; ahora parecía todo un adolescente que acababa de descubrir el sexo.

- Ahh~ Sung, te mueves tan bien mi amor_ por impulso intentó poner sus manos sobre las caderas del Omega, pero al instante estás fueron tomadas por sus pequeñas y suaves manos, llevándolas arriba de la cabeza del alfa mientras seguia moliendo sus caderas contra su entrepierna y lamía su cuello sin parar.

Eso lo sorprendió pero no le molestó, le encantó. Quien diría que a Lee Minho le gustaba ser dominado por su omega. Sólo esperaba resistir lo suficiente hasta salir de ese lugar.