9. No soy fuerte

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Harry casi siempre tenía una personalidad tranquila, no le gustaba pelear, y más cuando sabía que iba a perder. Nunca le gustó dar la contra, la mayoría de veces por miedo, la otra porque algo en él le decía que estaría mal.

Estuvo soportando ese ciclo interminable durante 11 años, estaba cansado al mismo tiempo que estaba preocupado por su hermana, se sentía inútil cuando siempre era ella quien lo terminaba protegiendo.

Culpa...

Impotencia...

Cada año que pasaba, esas emociones se hacían más grandes, ¿Por qué tendría que tener ese peso sobre sus hombros?, era tan solo un niño.

Pero todos a su alrededor, en especial su propia familia, lo hacían sentir responsable, que tendría que estar agradecido por qué los adoptaron a él y su hermana, por tener un lugar donde dormir, y por eso debería sentir gratitud y respeto hacia ellos.

Harry siempre se mostraba renuente a expresar su enojo o resentimiento hacia los Dursley porque no le gustaba darles el gusto de verlo enojado o sufriendo. El entendía que los Dursley disfrutaban causándoles problemas y siempre quiso evitar darles esa satisfacción, y a él no le importaba, pero cuando veía los ojos de su hermana llenos de miedo, de dolor y en algunas ocasiones de ira, no podía evitar que un sentimiento se instalara en el fondo de su corazón y que este creciera poco a poco.

Cuando descubrió que la magia de verdad existía y que tanto el como Brenda eran mágicos, entendió de repronto que, la actitud y el comportamiento de los Dursley hacia ellos estaban influenciados por el miedo y la ignorancia.

Porque los Dursley son muggles, personas no mágicas, y tenian miedo y prejuicios hacia la magia. Sin embargo, también estaba ese pensamiento de que ese miedo lo transformaban en odio sabiendo que no podrían defenderse, ¿Cuál era la necesidad de hacerlos pensar que tenían la culpa de todo?.

Pero decidió mandar esos pensamientos muy adentro de su corazón, estaba seguro que si seguía siendo dócil, todo en algún momento cambiaría. Ese pensamiento se fue a la basura cuando descubrió que si eres demasiado amable, eres blanco fácil.

—¡Oye, Potter! —llamó un chico con un tono despectivo. —¿Cómo se siente ser un Slytherin? ¿Ya estás tramando tu próxima jugada deshonrosa?.

Harry y Brenda estaban caminando por los pasillos para ir al comedor, estaban hablando sobre si sería raro disfrazarse para Halloween, no esperaban que les bloquearan el camino. Los mellizos intercambiaron una mirada rápida, antes de que ella tomara la palabra.

—¿Tienes algún problema con mi hermano, como te llames?— preguntó con una voz fría y desafiante.

El chico se burló. — Mi nombre es Benjamín Lionheart niña, soy de la casa de Gryffindor, recuérdalo, pero que gracioso, parece que el pequeño Potter tiene a su hermana melliza para protegerlo. Qué lindo.

Su actitud burlona estaba desesperando a Harry, no estaba seguro de cuál era la forma correcta de actuar, pero no esperaba que unas voces a sus espaldas se unieran a la conversación.

—Creo que deberías pensar dos veces antes de meterte con las serpientes, Lionheart—intervino Draco con arrogancia.

—No nos importa ser Slytherin. Somos los mejores, después de todo.— agregó Daemon con una mirada altanera.

—Exacto— asintió Crabbe con una mirada desafiante.

—No permitiremos que nadie insulte a nuestros compañeros de casa sin consecuencias. — mencionó Goyle amenazante.

Benjamin retrocedió ante la muestra de solidaridad, pero no perdió su sonrisa burlona. —No me sorprende que los Slytherin se unan como serpientes. Pero no me detendré Potter, derrotaste al señor tenebroso pero acabaste en el asqueroso nido de serpientes por una razón, además...

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⏰ Última actualización: 6 days ago ⏰

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𝕃𝕠𝕤 ℙ𝕠𝕥𝕥𝕖𝕣 𝕪 𝕝𝕒 𝕡𝕣𝕠𝕗𝕖𝕤í𝕒 𝕡𝕖𝕣𝕕𝕚𝕕𝕒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora