Regalo de Afrodita

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Los viernes no eran los días favoritos del italiano, ese día tenía que comer en la mesa de Hades sin tener la voz parlanchina de Will a su lado, sucedía que el médico tenía que estar en la enfermería todos los viernes haciendo inventario.

Un estallido en medio del pabellón del comedor lo hizo olvidarse de su miseria. La diosa Afrodita apareció en un resplandor de luz rosácea.

–¡Semidioses! –dijo plantada sobre la mesa de la cabaña de Hefesto. –Como me preocupan sus aburridas vidas mortales. ¡He decidido añadir algo de pimienta a sus amoríos en el campamento!

Los gritos ahogados en el comedor no se hicieron esperar. El concepto de Afrodita de "algo de pimienta" podía diferir mucho de un lindo romance adolescente.

–Lo sé. Deben estar impacientes, así que aquí va ¡mi día de regalo para ustedes! –anunció la diosa extendiendo sus manos teatralmente.

Hubo un chasquido de dedos y una sonrisa burlona antes de esfumarse tan rápido como había llegado.

–¿Qué fue eso? –se quejó Clarisse.

–¡No lo sé, mi amor! ¡Te amo! –le respondió Chris desde la mesa de Hermes. Tenía una sonrisa coqueta y se esforzaba por que Clarisse notara el corazón que formaba para ella con las manos.

–Contrólate o te despellejo –lo riñó ella, aunque tenía las mejillas rojas.

Apenas pasaron unos segundos cuando de la nada Annabeth decidió comentar que en realidad Percy se veía lindo cuando babeaba dormido. Percy se atragantó con la pizza azul por reírse del comentario.

No hubo tiempo de burlarse del hijo de Poseidón medio ahogado.

Katie Gardner entró en el comedor –¡Travis Stoll! –gritó.

–¡Yo no fui! –respondió él automáticamente, pero ella se inclinó y le plantó un beso en los labios. Travis parpadeó confundido, pero rápidamente se levantó de su asiento y la abrazó sin romper el beso.

La alteración en sus comportamientos fueron una gran pista sobre de qué iba el regalo de Afrodita.

Los ojos de Nico Di Angelo se abrieron con terror cuando notó lo que la diosa del amor había hecho.

Tal parecía que había pensado que sería fantástico desinhibir a una parte de la relación para que no tuvieran ninguna vergüenza de expresar sus sentimientos románticos.

Eso significaba...

Casi pudo sentir el sudor frío escurriéndole por la espalda y frente.

Will Solace y él habían comenzado a salir hacía unos meses, habían sido amigos un buen tiempo hasta que tras varios tropiezos que involucraron celarse mutuamente reconocieron que no se querían solo como amigos, entonces su relación había comenzado oficialmente.

Habían pasado por muchas cosas juntos y eran una pareja, sí, pero nunca eran muy expresivos frente a los demás porque Nico no se sentía cómodo con eso, Will lo sabía y lo entendía.

Además, por la timidez del italiano y sus ideas de otra época no era como que hubiese mucho de lo que alardear.

Normalmente compartían besos suaves y tiernos, algunos paseos nocturnos tomados de la mano, y en muy contadas ocasiones Will le había robado besos no tan suaves.

Pero...

Nico ladeó la cabeza mirando con horror como Travis y Katie se comían a besos al otro lado del comedor.

Cuando se había recuperado Percy disimuladamente se había parado junto a la mesa de Annabeth como si esperara que ella lo besara igual. Nerviosa, Annabeth le dio un codazo, luego se disculpó por eso y le sobó el abdomen donde no lo había golpeado, y también considero necesario sobar los músculos de los brazos de Percy.

One-Shot's Solangelo y otras parejasWhere stories live. Discover now