Sparta, un joven que jamás creyó en el amor a primera vista, o tan siquiera sentir amor por alguien. El rumbo de su vida cambiaría cuando Raptor entrase en ella.
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Algunos le tememos al amor, ya que este, no es tan fácil de corresponder al igual que otros sentimientos, como la amistad o el rencor tal vez. Este, era el caso de un joven universitario de cabellos castaños y ojos color miel, nombrado Andrés y apodado como Sparta por sus amigos, aunque no tuviese ninguna similitud con un guerrero de la Grecia antigua. Nunca supo por qué, pero siempre se sintió intimidado ante aquel común sentimiento, no es que hubiese tenido una mala experiencia con él, al contrario, temía experimentarlo.
Pero, hoy sería su primer día en la universidad, y las cosas cambiarán drásticamente, no solo para él.
—Ⓟ︎Ⓞ︎Ⓥ︎'Ⓢ︎ 🅢︎🅟︎🅐︎🅡︎🅣︎🅐︎—
Aún algo dormido logré escuchar el irritante sonido de la alarma de mi celular, indicando un nuevo día, y que debía levantarme. Quiero volver a ser un niño y faltar al colegio por unos cólicos fingidos. Me levanté más cansado de lo normal, cualquiera diría que sería un día bueno para ser productivo, sentirse con energías listo para empezar a estudiar. Yo, sinceramente no.
Después de bañarme y vestirme, bajé las escaleras hasta la cocina-comedor de mi casa, donde me esperaban mi hermano desayunando y mi padrastro quien ya servía mi desayuno.
Víctor: Buenos días Sparta, hasta que por fin decides levantarte.— me limité a mirar mal a mi hermano, estudiaremos en la misma universidad, con la diferencia de que él está en su último año, y yo apenas comenzaré.
Sparta: Ni que me hubiese tardado tanto.— me senté a su lado sin prestale mucha atención a su comentario, digamos que de los dos, yo heredé el sueño pesado de nuestro papá.
Víctor: Se saluda primero, mal educado de mierda.— me regañó el castaño de puntas rosadas, toma su papel de hermano mayor cuando se le da la regalada gana.
Sparta: Ni que tú lo hicieras.— le devolví en un semblante de burla, recibiendo una mirada irónica de su parte.— Oye Vic, ¿papá ya se fue al trabajo?
Víctor: Seh, hoy se fue más temprano, según Rius tenía una reunión importante con su jefe.— siguió desayunando, poco después llegó Rius, nuestro padrastro, con mi desayuno. Rius siempre ha sido como nuestro segundo padre, ya que nos crió a mí y a Vic desde niños.
Después del desayuno y que ambos termináramos de alistarnos por fin salimos de casa. Otra vez volvía a la escuela, la última etapa escolar de mi vida, solo espero que psicología no sea una carrera muy larga. El edificio donde estudiaría era malditamente enorme, sin exagerar en nada. Junto a Vic fuimos hasta el patio de atrás, según él ahí estarían todos nuestros amigos, y efectivamente, ahí estaba nuestro pequeño grupo de amigos, conversando tranquilamente.
Tranquilamente, hasta que Mike notó mi presencia y—literalmente— se lanzó encima mío para abrazarme, como si no me hubiese visto en años.
Mike: ¡Hombre, Sparta! Hasta que decides aparecer.— me saludó el mitad can, golpeando sin fuerza mi hombro.
