Epílogo: Los niños del ayer

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Girl

«Well, now this could be the last of all the rides we take...»

Los Killjoys se habían ido. Su familia se había ido. Ya no estaban. Y ella estaba sola de nuevo.

Sentía ganas de llorar. Ni siquiera el brazo del Dr. D sobre sus hombros lograba consolarla. Se habían ido por su culpa, si ella no se hubiera empeñado en buscar el maldito buzón, o si no hubiera sido tan tonta de dejarse atrapar...

«...so hold on tight and don't look back...»

El sollozo al fin surgió de su garganta. La primera lágrima brotó, y ya no pudo parar. Dejó que las pequeñas gotitas saladas corrieran, tratando en vano de llevarse el dolor y la culpa. Dejó que cayeran, limpiando su alma, convirtiéndola en una persona distinta, arrebatándole la poca inocencia que le quedaba. Dejó que fluyeran, dibujando surcos en su piel que, aunque se secaran, tardarían años en desaparecer, y arrebatándole la única parte de ella que aún creía en un futuro. Llevándose la luz de sus ojos.

«We don't care about the message or the rules they make...»

Mientras Cherri Cola conducía en silencio, el DJ la abrazó, tratando de calmarla. La niña jamás había visto tanta pena en su mirada, y se veía reflejada en aquellas pupilas que habían contemplado la partida de tantos amigos. ¿Sería la primera vez que el Dr. Death veía marcharse a sus amigos, más jóvenes e impetuosos que él, sin poder hacer nada?

Girl se apretó contra él, ahogando sus sollozos en el chaleco de cuero de Defying, que le acariciaba el pelo con cariño.

«...I'll find you when the sun goes black...»

-Se han ido... -musitó en un sollozo- Se han ido, y ahora estoy sola otra vez.

-No estás sola, peque -prometió el DJ- . Nos tienes a nosotros. Cuidaremos de ti igual que ellos, ya lo verás. No podemos sustituirles, pero podemos cuidar de ti como ellos habrían querido.

La niña asintió entre lágrimas. No, no podrían reemplazar a los Killjoys. Pero cuidarían de ello. D lo había prometido.

Pero al mirar el rostro pétreo de Show Pony, sentada frente a ella, no estuvo tan segura. Sus ojos azules la taladraban sin piedad. "Tú tienes la culpa", decía su mirada. "Eres una idiota, y por tu culpa están muertos".

«And you only live forever in the lights you make...»

Girl sintió que las lágrimas volvían, y quiso hacerse pequeña, muy pequeña. Pony tenía razón. Era culpa suya. Y si se quedaba con ellos, también pasaría algo así. Lo sabía en lo más hondo de su aturullado y triste corazón. Ella sólo traía desgracias. Sus padres, los Killjoys... No podía permitir que también le pasara algo a Defying.

Ahogó un nuevo sollozo contra el abrazo de Defying. Se sentía tan culpable... ¿Por qué había pasado esto?

«...when we were young we used to say...»

-¿Por qué siempre se van los mejores? -sollozó- ¿Por qué han tenido que irse ellos?

-Porque se atreven a cosas que los demás no pensaríamos siquiera. Porque no tienen miedo a vivir, y tampoco tienen miedo a marcharse en silencio. Y porque hacen lo que sea necesario por aquellos a los que quieren.

«...that you only hear the music when your heart begins to break...»

Quiso contestar, quiso decir algo, pero su voz se quebró. Entonces, sin previo aviso, la furgoneta dio un bandazo, y se detuvo.

-¿Qué pasa, Cherri? -preguntó Pony, con voz glacial.

-Hemos pinchado. No me explico cómo. Tendremos que cambiar la rueda.

Bajaron de la furgoneta, de nuevo sobre la arena y bajo el sol. Girl miró a su alrededor. Incluso el desierto parecía triste por la marcha de los Killjoys. Las nubes cubrían al astro rey, y un triste viento gemía entre las dunas. Parecía llamarla, parecía responder a todas sus súplicas.

«...now we are the kids from yesterday...»

Observó a Defying, Pony y Cherri. Estaban concentrados en la rueda pinchada. No tendría otra oportunidad. Si algo sabía es que no quería hacerles daño a ellos también. Y que no podría soportar otra mirada acusadora como la de Pony. Y que sabría sobrevivir en el desierto.

Porque ellos la habían enseñado.

Antes de que pudiera pensárselo mejor, abrazó su viejo radiocassette, el único amigo que no se iría nunca, y salió corriendo. No se despidió, no dijo nada; cuando se dieran cuenta de su desaparición, ya estaría lejos.

El viento seguía llamándola, la arena susurraba su nombre, y ella seguía corriendo, perdiéndose en el corazón del desierto. Todo sería mejor así. Todo estaría bien.

«...we are the kids from yesterday...»

Los Killjoys no volverían. Y ella tampoco.

Aquella etapa de su vida había acabado. Era la hora de encontrar un nuevo camino. De ser de nuevo una niña del ayer. Era la hora de decir adiós.

Adiós, Killjoys. Siempre les recordaría, por muy lejos que estuviera.

Pero ellos nunca iban a volver.

«...we are the kids from yesterday»

Danger Days I: The Future is BulletproofWhere stories live. Discover now