Construir una nave sin parangón

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𝘚𝘪 𝘩𝘢𝘤𝘦𝘴 𝘦𝘴𝘵𝘰 𝘱𝘰𝘳 𝘯𝘰𝘴𝘰𝘵𝘳𝘢𝘴 𝘵𝘦 𝘱𝘳𝘰𝘮𝘦𝘵𝘦𝘮𝘰𝘴 𝘲𝘶𝘦 𝘩𝘢𝘳𝘦𝘮𝘰𝘴 𝘵𝘰𝘥𝘰 𝘭𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘦𝘴𝘵é 𝘦𝘯 𝘯𝘶𝘦𝘴𝘵𝘳𝘢𝘴 𝘮𝘢𝘯𝘰𝘴 𝘱𝘢𝘳𝘢 𝘲𝘶𝘦 𝘤𝘰𝘯𝘴𝘪𝘨𝘢𝘴 𝘶𝘯 𝘣𝘶𝘦𝘯 𝘦𝘴𝘵𝘢𝘵𝘶𝘴 𝘺 𝘴𝘶𝘧𝘪𝘤𝘪𝘦𝘯𝘵𝘦𝘴 𝘧𝘰𝘯𝘥𝘰𝘴 𝘱𝘢𝘳𝘢 𝘵𝘶𝘴 𝘪𝘯𝘷𝘦𝘴𝘵𝘪𝘨𝘢𝘤𝘪𝘰𝘯𝘦𝘴 𝘲𝘶𝘦𝘳𝘪𝘥𝘢

Esas palabras provenientes directamente de diamante Blanco resonaban en la cabeza de Altra, quien estaba soldando una parte de la nave ya que está contaría con una composición más metálica, prescindiendo de los materiales más comunes que las otras naves Gemas usan para su fabricación, sin embargo esto no sería una decisión al azar ya que la justificación detrás de este cambio de material es que irían a ir a bordo humanos, y a consideración de Altra las naves Gemas no estaban bien adaptadas para transportar humanos y que en todo este tiempo ninguno allá muerto era pura suerte ya que por ejemplo en un hipotético caso de daños al casco de la nave o una despresurización las Gemas no requieren oxígeno para subsistir pero los simples humanos si lo requieren. Poco a poco Altra se iba familiarizando con la fisionomía de los humanos, sus necesidades biológicas y sobre todo las formas en la que pueden morir, siendo algo a lo que estaba acostumbrada, muchos de sus proyectos en el pasado fueron sobre la creación de armas, inventos o formas de exterminar a razas problemáticas en las invasiones a sus mundos pero esta vez en lugar de buscar debilidades para erradicarlos lo haría para salvarlos y prevenirlos, cómo cambian las cosas.

El zumbido constante de las herramientas resonaba en el hangar mientras Altra continuaba su meticuloso trabajo. El proceso de adaptar la nave para los humanos era un desafío considerable, pero ella se sumergía en la tarea con determinación, cada soldadura, cada ajuste y cada centímetro cuadrado de la nave debía quedar conforme a sus estándares y estos eran nada menos que la perfección ya que el destino final de este proyecto no solo era garantizar la seguridad y el bienestar de sus futuros pasajeros humanos sino finalizar un antiguo y ambicioso prototipo en el que había estado trabajando antes de que sus fondos fueran cortados.

A medida que avanzaba en su labor, Altra reflexionaba sobre las promesas de las Diamantes. Un buen estatus y suficientes fondos eran palabras tentadoras, pero lo que realmente impulsaba la diligencia de esta Gema era su devoción hacia las Diamantes, todos estos siglos trabajando en la sombra, creando artefactos y armas de pesadilla solo para complacerlas, pero al contrario de lo que cabría esperar su completa lealtad no se debía a que les tuviera un aprecio especial, un loco amor o siquiera un respeto por ser las matriarcas de su civilización, no, todo estaba ligado con su pasado, uno que deseaba borrar de la mente de las Diamantes impresionándolas con proezas tecnológicas, pero que nunca se desaparecería de su propia mente.

Pero ya había ocupado mucho de su atención dividida pensando en el pasado tanto que ni se dio cuenta cuando una gema Corindón la saludaba desde la base de la nave. Entonces Altra quien estaba soldando desde el punto más alto de la nave empezó a bajar por el exterior de esta como lo haría una araña por un muro, usando sus 4 piernas caminaba con completa tranquilidad sobre la superficie vertical de la nave, y aunque pareciera que estaba rompiendo las leyes de la gravedad esto simplemente se trataba de que sus extensores tenían integrados botas de tracción que en palabras simples son zapatos que te permiten caminar por las paredes con tanta facilidad como lo harías en terreno normal, nada novedoso, hasta las Peridots de menor rango poseían un par de estos en sus trajes.

''Corindón, veo que traes algo para mí'' Dijo Altra cuando finalmente llego al suelo y se encontró frente de la otra Gema.

Corindón una Gema azul y blanca con un cuerpo algo delgado pero no lo suficiente para denotar su porte atlético, en el pasado eran empleadas como mensajeras por su extremadamente alta velocidad y agilidad pero ahora se encontraba trabajando como ¿repartidora?

Steven Universe en Warhammer 40kDonde viven las historias. Descúbrelo ahora