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TAEMIN

Después de la clase del domingo por la noche, después de sobarse las manos más de lo necesario mientras preparaban el solomillo de cerdo, TaeMin invitó a MinHo a unas copas. El curso era en el centro, así que no era muy difícil encontrar un sitio tranquilo a pie, pero con el debido ruido de fondo para que su conversación permaneciera privada.

TaeMin no había olvidado su beso del martes en la noche. El viernes había sido un desastre, e incluso aunque los niños iban primero, TaeMin reconoció que había estado más descuidado de lo normal cuando fue al trabajo. Las lecciones habían sido un poco más a lo loco y él se había distraído fácilmente.

MinHo estaba en sus pensamientos, y nada de lo que TaeMin hizo pudo sacudirlo de allí.

—Así que. —El ruido de fondo ahogaba gran parte de su conversación y TaeMin tuvo que acercarse para oír lo que MinHo decía. Estaban sentados en una pequeña mesa cuadrada. MinHo a la derecha, pegado a TaeMin. —¿Cuándo vienes a un sitio como este, que sueles pedir?

—Cerveza. —TaeMin sonrió. Se inclinó hacia delante y deslizó una mano por el muslo de MinHo. —Por lo general alguna rubia, pero se me conoce por probar cervezas que otros recomiendan.

—Me temo que tú eres el único que recomendará esta noche, no soy un connoisseur de cervezas.

Francés. Maldito sea él y su lengua talentosa.

—No pasa nada. Estás en buenas manos. —TaeMin hizo un guiño. —Voy a la barra.

MinHo asintió, y TaeMin dejó la mesa para buscar sus bebidas.

El bar que encontraron no era exactamente un taberna, pero no era ni por asomo como los sitios lujosos a los que TaeMin pensaba que iba MinHo. La luz estaba atenuada y la música alta. Las personas que deambulaban por el bar y llenaban las mesas eran jóvenes, más o menos como TaeMin. No le molestaba en lo más mínimo, pero MinHo era mayor, y él no estaba exactamente familiarizado con el estilo de vida medio, si TaeMin tenía que suponer.

Mientras esperaba a que el camarero le atendiera echó un vistazo para asegurarse que MinHo estaba bien. Aparentemente, MinHo estaba bien. Estaba escribiendo a alguien en el teléfono, pero cuando sintió que le miraban, levantó la vista para encontrarse con la mirada de TaeMin. TaeMin sonrió, y MinHo le devolvió la sonrisa.

No estaba seguro de que esperar de esta noche, pero tenía buenos presentimientos de ellos como pareja, si ellos se podían llamar pareja. Unas cuantas citas no contaban realmente, al menos en lo que concernía a TaeMin.

—¿Que puedo servirte? —el camarero gritó sobre la música.

TaeMin recondujo su atención.

—Dos de las mejores cervezas rubias que tengas.

El camarero se agachó detrás de la barra y volvió con dos botellas de cerveza. TaeMin revisó el efectivo que tenía y comprobó la tabla de precios detrás de la barra. TaeMin pagó y le dejó propina, luego guardó la billetera en el bolsillo y se encaminó hacia su mesa. Antes de que pudiera llegar muy lejos, alguien se puso en su camino.

TaeMin pensó que el hombre que le había cortado el paso lo había hecho accidentalmente, así que se echó a un lado e intentó irse. El hombre se movió para bloquear de nuevo su camino.

—Perdona, —dijo TaeMin. —Solo estoy intentando volver a mi mesa.

—Mis amigos y yo nos dimos cuenta de que estabas en la barra, —dijo el hombre. Era unos cuantos años mayor que TaeMin, su pelo oscuro peinado hacia un lado y amplios hombros. Era el tipo de hombre que TaeMin podría imaginar en un equipo de futbol americano. —Ven a sentarte con nosotros. Pareces nuestro tipo de hombre.

¿Estaba intentando una conexión con él? TaeMin frunció el ceño y negó con la cabeza.

—No, gracias. He venido con alguien.

El peli-oscuro le disparó una sonrisa a TaeMin.

—¿Quieres decir que la otra cerveza no es para mí?

—No. —TaeMin paró el flirteo justo ahí. —Escucha. Realmente estoy aquí en una cita. Si pudieras amablemente apartarte de mi camino...

—¿Qué está pasando aquí? —MinHo preguntó. Su voz no era como ninguna que TaeMin le hubiera escuchado antes. Más profunda y fuerte que su voz normal, cortó a través de la música y se hizo ser reconocida.

El hombre que impedía a TaeMin ir a la mesa giró la cara hacia MinHo, y TaeMin fue capaz de ver a MinHo por completo. Parecía más alto de lo usual, su pecho hinchado y sus brazos tensos. Incluso aunque parecía fuera de lugar en su camisa de botones y sus pantalones de vestir, no había lugar a dudas de que estaba a la defensiva.

MinHo estaba posicionándose para espantar al pretendiente indeseado de TaeMin.

—No creo que sea asunto tuyo. —Dijo el hombre peli-oscuro. —¿Por qué no te largas y te sientas por ahí?

TaeMin no quería una pelea. Lo último que quería era que algún idiota le pusiera un ojo morado a MinHo, o les causaran daño de alguna otra manera. Pero MinHo no retrocedió. Paso rozando al peli-oscuro como si ni siquiera estuviera allí y tomo una de las botellas de TaeMin. Luego, mientras TaeMin permanecía en shock, MinHo le besó de una corta, pero abrasadora manera que no dejaba nada a la imaginación.

—Gracias por conseguirnos las bebidas, bebé, —dijo MinHo.

TaeMin no podía creer que alguien tan sofisticado como MinHo le acababa de llamar 'bebe'. Se rio, y cuando sonrió de nuevo a MinHo, lo hizo desde el fondo de su alma.

—De nada, ¿Quieres que nos sentemos y disfrutemos de ellas?

—Sí. Vamos.

TaeMin encogió los hombros como disculpa al hombre moreno, luego pasó rozándolo para seguir a MinHo de vuelta a su mesa. Un rápido vistazo sobre su hombro reveló que el hombre moreno estaba mirándolos con un gesto retorcido de ira y confusión.

TaeMin se rio.

—Definitivamente le has dado un espectáculo.

—Espero no haber cruzado la línea. Parecía que te estaba haciendo pasar un mal momento. Si era tu amigo, iré a disculparme. —MinHo se sentó en la mesa.

TaeMin le acompañó.

—Nop, tú lo has dicho, ese tipo solo significa problemas. El tipo de sujeto que no se hubiera pensado dos veces llevarme a la fuerza a su mesa para sentarme con sus 'amigos' mientras todos intentaban meterse en mis pantalones. Al menos, estoy bastante seguro de que así es como funciona. Para ser honesto, ha pasado bastante tiempo desde que vine a un bar.

—¿Entonces, por qué el cambio esta noche?

—Porque quería verte de nuevo, y salir a beber después de clase parecía lo correcto. —TaeMin rodeó con los dedos el borde de la botella, mirando a MinHo al otro lado de la mesa. No podía borrar la sensación de los labios de MinHo sobre los suyos, pero aún más, no podía olvidar lo maravillosamente dominante que MinHo había sido. TaeMin no había esperado eso de él. —Estoy pensando que después de esto, podemos encontrar otro lugar a donde ir. Ir al muelle para ver el cielo nocturno y el agua, a un parque alejado de la ciudad, a mi casa...

—¿Cuál era la última opción? —MinHo preguntó enarcando una ceja.

—Oh. Mi casa. —TaeMin sonrió abiertamente. —Para tener sexo.

Esperó que MinHo escupiera la bebida, o tardara en reaccionar, pero lo que MinHo hizo en su lugar le encendió hasta el límite de la combustión. Miró directamente a TaeMin y mantuvo su mirada, fuego ardiente en sus ojos. Antes de que ni siquiera dijera una palabra, la polla de TaeMin se sacudió.

Dios, lo que quiero hacerle cuando me mira de esa manera...

—¿No tienes que trabajar mañana por la mañana? —MinHo preguntó. Era casi un calco de su conversación de su cita para cenar, por lo que TaeMin respondió como tal.

—Qué le jodan al trabajo.

—Prefiero joderte a ti.

No se quedaron lo suficiente para terminarse las cervezas. 

SEÑOR LWhere stories live. Discover now