T R E S | A R R O D I L L A D O 🪩

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«Tacharía a cada persona implicada en ello, y me daba igual dejar las pruebas delante de todos

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«Tacharía a cada persona implicada en ello, y me daba igual dejar las pruebas delante de todos. Iban a pagar cada uno por arrebatarme a lo que más amaba»

Zev Grimaldi.

Miré desde lo alto de mi despacho toda la discoteca en aquella noche tan movida y llena de gente que se acumulaba los fines de semana.

No pude evitar recordar el momento en el que traje a Olivia por primera vez aquí, en aquel mes de octubre. Habían pasado casi 3 meses y parecía que había sido ayer cuando la conocí. En poco tiempo habían pasado miles de cosas, habíamos vivido tantas, cada cual más mala que la peor. Pero entre esos momentos, vivíamos otros intensos que merecía la pena.

Siempre había querido alejarla de mi estilo de vida, incluso cuando mi padre me dijo que me casaría con ella, no me hizo gracia tener que proteger a alguien que no sabía manejarse en este mundo... Nuevamente, Olivia me demostró que no era una don nadie y que sabía defenderse, incluso mejor que yo.

Aún recuerdo cuando vi por primera vez su fotografía en la carpeta clasificada que tenía mi padre y que la había investigado por meses. Aquellos ojos verdes fueron lo que me llamaron la atención desde el primer momento.

Carraspeé al mirar como la gente bailaba, como si no tuviesen problemas, como si la vida se fuera en un segundo y recordé aquella noche en la que Olivia empezó a bailar sola en medio de la pista. Lo que deseé bajar, tocarla y bailar a su lado fue mucho más fuerte de lo que me imaginaba.

El sonido de un silbido fue lo que me hizo dejar de pensar en aquel momento.

—¿Aquí trabajas? Tiene que estar bien conocer una mujer guapa cada noche —contestó Ian, paseándose por mi despacho.

Ni me giré, tan solo observé el lugar y no dejé de pensar en ella. Cuando le contesté;

—Esta bien un tiempo... Pero luego te aburres de hacer las mismas estupideces siempre... Y el sexo vacío te termina cansando —contesté, apretando la mandíbula sin dejar de pensar donde podría encontrarla.

Tenía varios sospechosos, sobre todo Mattia y Alonzo. Ambos eran tan culpables que era incapaz de pensar en otra cosa. También la mujer de Alonzo y aquel negocio tan asqueroso y horrible que tenía contra mujeres.

No... Traté de desechar todos esos pensamientos de que Olivia ya estuviese en alguna red de trata de mujeres y sacudí mi cabeza, tratando de pensar en otra cosa, en poder encontrarla, en confiar en los medios que tenía para conseguir sacarla de donde estuviese.

La puerta sonó y al girarme, vi uno de mis guardaespaldas diciendo;

—Ya están aquí.

—Hazlos pasar —respondí cortante.

Con las manos en los bolsillos, caminé hacia mi mesa y me quedé de pie, mirando las personas que entraron dentro, los cuales me observaron primero a mi y luego a Ian.

SHADOWS [+18] (Libro II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora