18.- Origen

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—Creo que estoy enamorada de ti—murmuro las palabras y el me mira elevando la comisura de sus labios.

—¿Crees? Eso quiere decir que no estás segura.

—No, no lo estoy. Cuando estoy a tu lado todo es tan intenso que me hace dudar hasta de mis propios sentimientos.

—Puedo ayudar a aclarar esos sentimientos—me pierdo en su mirada que ahora reluce como el infierno.

—¿Crees que puedas controlar el fuego? —le pregunto al ver sus brazos y su cuerpo que comienzan a arder y él me sonríe. Suelta mis manos y da un paso debajo de la ducha antes de abrirla. El agua helada cae sobre su cuerpo, apagando sus llamas y haciendo que todo el baño comience a llenarse de vapor.

—Creo que un poco de agua no le hace daño a nadie—comenta mientras sus llamas quedan reducidas.

—¡El agua está helada! —me estremezco cuando me salpica y doy un paso lejos de él.

—Déjame hacerte entrar en calor.

Tira de mi mano hacia él metiéndome debajo del agua helada de la ducha. Pero increíblemente, no siento frío. El calor de su cuerpo es tan intenso que el agua se calienta antes de caer sobre mi cuerpo. Une su boca a la mía y en ese mismo instante dejo de pensar en todo. Mis manos van hacia su cuello y las suyas hacia mis nalgas. Me carga, me aprisiona contra la pared y yo dejo escapar un jadeo al sentir los azulejos fríos contra mi espalda. Pero no me importa. Nada importa cuando lo tengo cerca de mí. Me aferro a su cuerpo con manos y piernas. No pienso soltarlo.

—¡Tómame! ¡Quémame! —jadeo contra sus labios y el no se hace esperar.

Con un ágil movimiento se introduce en mi interior haciendo que ambos gimamos de placer. Abro los ojos y acaricio sus mejillas. Me devuelve una mirada ardiente y una sonrisa seductora mientras comienza a moverse en mi interior.

—¿Quieres que ardamos juntos?

—¡Si! —grito demasiado extasiada.

Su boca toma la mía, con calma y lentitud. Muerde mis labios y gira sus caderas en mi interior con un movimiento desesperante.

—¿Segura que quieres que ardamos juntos? —repite su pregunta.

—¡Sí! —respondo otra vez. Y entonces sus movimientos se detienen. Pega su frente a la mía y puedo notar el esfuerzo que está haciendo en este instante—. ¿Qué sucede? —le pregunto preocupada mientras miro su rostro en busca de algún indicio que algo va mal. Pero él me sonríe.

—Quiero que ardamos juntos, pero para eso tengo que tomarme mi tiempo, y justo ahora tu familia nos espera para cenar.

—¿No estás hablando en serio? —pero el me baja y sale de mi interior.

—No te preocupes—se agacha frente a mi y separa mis piernas con sus poderosas manos—. No pienso dejarte insatisfecha.

Su boca comienza a devorar mi sexo y enredo mis manos en su cabello. Su lengua se desliza con pericia entre mis pliegues y yo me muerdo los labios para evitar gemir. Siento a Vali reír contra mi sexo y esa vibración envía un hormigueo por toda mi piel. Con sus dedos separa mis pliegues y deja escapar un soplo de aire ardiente sobre mi antes de pasar su lengua sobre mi hinchado clítoris. Doy un respingo cuando su lengua da vueltas sobre él.

—¡Dios mío! —grito cuando introduce un dedo en mi interior.

—¡Lo soy! ¡Soy tu dios, solo tuyo! —con sus dientes tira de mi clítoris y casi convulsiono.

Todo mi vientre se tensa en deseosa anticipación. Mueve el dedo en mi interior con movimientos rítmicos mientras su boca asciende por mi vientre hasta tomar uno de mis senos. Cuando tira del pezón, el gemido me es imposible de contener. Siento su risa contra mi pecho. Y entonces sube su otra mano hacia mi boca. Desliza el pulgar por mis labios y yo los entreabro. Introduce el dedo en mi boca y lo chupo mientras mis gemidos mueren allí y convulsiono de placer. Muerdo su dedo y me deshago en su mano que bombea con fuerza en mi interior. Su boca no a abandonado mi seno y lo chupa sin ninguna delicadeza. Mis piernas comienzan a fallarme y rápidamente mueve sus manos y me sostiene, evitando que caiga al suelo. Literalmente me tiene derretida entre sus manos.

Fuego Eterno© ✔️(+18) #1 Fuego (#PGP2024)Where stories live. Discover now