Flor Asesina [PGP2024]

Capítulo 4 | Narciso

28 de abril

9:56

Finn

—Él es Ian Echeverría, el nuevo actor para el comercial de Bernadette —presenta mi supuesto nuevo jefe.

—¿Bernadette? —habla Sam por medio de mi auricular—. ¿Qué pasó con reality de comida?

Ignoro a Sam y dibujo una sonrisa amable —totalmente falsa—, hago una reverencia caballerosa ante mi público y me preparo para hablar.

—Es un placer poder trabajar junto a ustedes —digo al llevar una mano a mi pecho para hacer de mi presentación aún más dramática—. Espero que nos llevemos bien.

Sí, por favor. Llevémonos tan bien como para que terminen confesando que uno de ustedes mató a la reportera para poder dar por finalizado el caso y así devolverme a mi casa a descansar.

—Tú no te llevas bien ni con el perro —bromea Sam de manera distraída.

Contengo mis ganas de rodar los ojos y escucho como mis, ahora, maquillistas y vestuaristas, aplauden con adulación tras mi presentación. Me enderezo y les regalo a todos una sonrisa que inspire confianza y profesionalidad.

Es gracioso que la sociedad de hoy día presuma de no ser materialista y superficial, diciendo que el físico no importa, pero ven una cara atractiva y un cuerpo bien proporcionado y caen rendidos.

Porque eso es lo que soy, una de las jodidas caras más atractivas del universo.

¿Presumido? Puede que sí.

¿Arrepentido por ello? Para nada. Mi belleza es la cruz que me ha tocado cargar y no tengo remedio.

—Bien, Ian, sígueme —ordena el jefe Arnold y yo lo sigo como el niño bueno que he tenido que fingir que soy—. Te mostrare tu camerino.

¿Camerino? ¡Genial, así no tendré contacto humano innecesario!

—Bernadette es una cantante pop que ha firmado contrato con SOE —informa Sam—. Ha ganado popularidad y, al parecer, está a punto de lanzar una cadena de perfumes... De todas formas pregúntale a tu jefecito postizo que es eso de Bernadette y por qué nos cambiaron del glorioso reality de comida por un comercial de perfumes.

Me mantengo en silencio hasta asegurar que he dejado atrás las miradas y pregunto con inocencia:

—Creí que participaría en un reality show de cocina, ¿qué fue lo que pasó?

—Oh, eso... —Arnold no se ve para nada contento con mi pregunta—. No sé si escuchaste algo al respecto, pero una de las presentadoras principales del programa fue asesinada hace dos días... El reality se ha pospuesto.

Vaya, Areum, causas más problemas estando muerta que viva.

—Siento mucho oír eso... —digo titubeante y con cabeza gacha, como si hablar del tema me incomodara en extremo—. ¿No es peligroso seguir trabajando como si nada? ¿Se atrapó al asesino?