¹⁰

525 64 57
                                    

Pasaron ya dos años desde que la película se estrenó, en esos días de premiere jamás ví a Blas y estuve agradecido en su momento, aunque ahora, después de haber tenido más oportunidades de trabajo, me hubiera gustado poder verlo una última vez y explicarle lo que estuve, cuanto lo extrañaba.

Con el tiempo pude sentirme mejor conmigo mismo, perdonarme, incluso empecé terapia aunque ahora asisto mucho menos gracias a mi mejoría.

Francisco tampoco sabe nada de Blas hace mucho, nadie que conozca yo sabe que es de su vida, yo cambié de número igual que Polidori, estamos incomunicados por el momento.

De todas formas me dedico a disfrutar de la vida, ahora incluso voy de viaje hasta la costa junto con Francisco, su novio, Rafa y un par de amigos más, nos vamos a quedar dos semanas ahí en busca de un relajo después de compartir otro set de rodaje en una producción más grande con un productor español.

Y bueno el novio de Fran parecía no poder pasar un segundo más sin el rubio, son una pareja muy linda.

En cuanto llegamos tardamos un buen rato en encontrar el hotel donde nos íbamos a quedar, cuando pudimos saber la dirección nos adentramos al edificio para hospedarnos, guardando nuestras cosas y demás.

– La playa está a dos cuadras dice el Google maps.

Francisco dijo mientras miraba su celular, yo me estaba sacando las zapatillas.

– ¿Seguro?

Su pareja lo abrazó por detrás mientras miraba el celular ajeno, cosa que me generó cierta nostalgia, no podía no recordar a Blas, al final si me marcó, pero tener recuerdos suyos ya era cotidiano.

– Eso dice el celu gor... —dijo mientras le regalaba un beso— vamos viendo.

Rafa entró a la habitación y se tiró al lado mío en la cama, mientras me miraba, algo que me extrañaba en él porque casi siempre me ignoraba, le devolví la mirada acompañada de una sonrisa.

– ¿Querés un helado? —habló bajo.

– ¿Ahora? —Él asintió— Bueno dale.

Ignorando la charla de la pareja saqué mis ojotas y Rafa se levantó, posteriormente me arrastró hasta fuera tomándome de la muñeca, ya a una cuadra podía notarse la arena de lo cerca que estaba la playa.

Rafa seguía mirándome y riendo, yo le sonreía sin entender la situación.

– ¿Qué pasa tarado?

– Nada, me pareces alguien lindo.

Apreté mis labios en una sonrisa y desvié la mirada con vergüenza.

– Gracias... —volví a mirarlo— vos también me pareces lindo, mucho.

Después de mirarme por un rato rodeó mis hombros mientras seguíamos caminando, no hablamos de nada en específico, nos dedicamos a ver cómo la arena estaba cada vez más cerca.

Antes de llegar a la playa paramos en un puesto cercano de helados, me compré uno de agua, igual que él.

– ¿No querés ir a la playa ya que estamos?

Volví a sonreírle, me daba gracia lo poco que disimulaba.

– Si te gusto decime. —Jugué.

– Pensé que ya lo sabías.

Mordió su helado, algo que me pareció de psicópata, yo lo chupaba.

Al helado.

– Amm, te encanta chupar.

Lo miré sorprendido con los ojos de para en par y terminé golpeándolo varias veces mientras se reía por la joda, me sentí tan avergonzado, terminé rojo.

Vous avez atteint le dernier des chapitres publiés.

⏰ Dernière mise à jour : Mar 12 ⏰

Ajoutez cette histoire à votre Bibliothèque pour être informé des nouveaux chapitres !

Nada peculiar Où les histoires vivent. Découvrez maintenant