09 🍪

24 4 8
                                    

Al día siguiente...

Minho se despertó mas animado de lo normal, y sabía que era por el día entero que paso junto a Jisung. Aunque aún trataba de entender sus sentimientos para no confundirlos, sabía que no lo consideraba un simple amigo o incluso mejor amigo. Aún dudaba de si mismo.

Ni si quiera lograba entender como es que había avanzado tan rápido con alguien.

Nunca fue una persona de muchos amigos y menos en tan poco tiempo, por eso su confusión.

Despues de un rato dando vueltas en lo mismo, salió de sus pensamientos y llegó una idea a su mente.

En su antigua ciudad solía ir a los asilos de ancianos a darles "shows" de baile. En verdad lo disfrutaba, pero gracias a lo atareado que era su último año de preparatoria tuvo que dejar ese pasatiempo.

Pero ahora que estaba de vacaciones y sabía dónde se encontraba el asilo del pueblo gracias a Jisung, podría intentar retomarlo.

Así que sin pensarlo mucho se metió al baño a darse una ducha fresca.

Pasados unos veinte minutos, ya estaba vistiéndose con un pantalón de mezqulilla ligeramente holgado, una camisa celeste de manga corta y botones, con sus más cómodos tenis blancos.

Acomodo su cabello rápidamente y después de un vistazo rápido en el espejo, bajo de su habitación y cuando estaba a punto de salir por la puerta principal, la voz de su madre lo detuvo.

— ¿A dónde vas? Y sin despedirte de tu madre. — Salió la voz desde la cocina.

— ¡Mamá! no sabía que estabas en casa. — Respondió siguiendo la voz.

— Hoy tengo el día libre.

— ¡¿De verdad?! — Dijo con emoción.

— Si. Pienso cocinarte algo rico, así que vuelve para la comida.

— Bueno, en un rato regreso, iré al asilo de ancianos. — Menciono lo último despidiéndose con una gran sonrisa.

Minho amaba que su mamá le cocinara, pues casi nunca lo hacía por estar trabajando todo el día en el hospital al igual que su padre.

Así que con muchos ánimos y energía llego a su destino.

Cuando se adentró, buscó a alguien que estuviera a cargo del lugar para pedir permiso de dar su pequeño show, hasta que se topó con un joven alto y pálido de cabello negro ligeramente largo, bastante guapo a decir verdad, que parecía dar indicaciones a otros jóvenes.

— Hola, soy Lee Minho — Dijo acercándose al más alto.

— Hwang Hyunjin... ¿Que necesitas? — Respondió mientras lo escaneaba de pies a cabeza.

— Me podrías decir quién está a cargo de este lugar...

— Lo estás viendo ahora mismo.

— Genial, entonces quería preguntarte si podía dar un pequeño "show" de baile a los ancianos — Dijo nervioso con una sonrisa.

— ¿Bailar?... ¿Y por que te dejaría? Nunca te eh visto por aquí. — Pregunto indiferente mirándolo de lado.

— Acabo de llegar al pueblo. Soy hijo de los nuevos doctores Lee. — Respondió ya un poco irritado por la conducta del pelinegro.

— Bueno, si puedes. Ahora mismo están todos en el auditorio jugando unas partidas de Bingo. Dentro de una media hora tienen un descanso para después seguir jugando, ahí es donde podrás entrar tú.

— ¿De verdad si me dejarás? — Dijo confundido pues el pelinegro aún mantenía su tono indiferente.

— Asi es, después de todo eh escuchado mucho a mi papá hablar de la nueva familia Lee y parece que son gente decente. — Menciono escaneando otra vez con la mirada al pelinaranja.

𝐓𝐡𝐚𝐭 𝐁𝐨𝐲  ❀  [Minsung]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora