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[Jm]

Arrojé las llaves en la mesa en cuanto llegue, la ventana aún seguía abierta y de ahí entraba Pelusa, un gato con pelaje algo curioso y suave, alrededor de su ojos un café intenso mientras que su cuerpo cubría un color claro, chistoso diría yo.
Se acercó a mi pies mientras se restregaba animadamente en ellos, sonreí y me incline para acariciar su cabeza.
Había pasado todo el fin de semana con ese grandioso y poderoso hombre.
Suspiré al escuchar el sonido del timbre, me acerque y abrí la puerta, por ella entraba mi mejor amigo, Erin, un chico demasiado afeminado, prefería las faldas y vestidos, los pantalones lo asustaban, trabajaba en la misma empresa que yo. El Señor Jeon era nuestro jefe pero a comparación de Erin, yo me acostaba con mi jefe, un apuesto y reñido hombre, quien tenía una exquisita forma de soportar cinco orgasmos seguidos sin presentar cansancio.

-¿Te llevo a algun lugar en especial?- negué cerrando la puerta, me dirigí hacia la pequeña terraza donde tome el tazón de comida de pelusa, fui hacia la cocina y saque el pequeño bulto de alimento, vacíe una considerable porción para después llevarla a la terraza, Pelusa inmediatamente comenzó a devorar.- Llevan casi medio año acostándose, ¿Por qué no hacerlo oficial?

-¿Erin que mierda dices?- el castaño guardo silencio mientras veía mi cara enfurecida.- Esto no es un novela en la cual el prostituto se queda con el cliente, no seas idiota. Esto es simplemente trabajo,, puede que ahora este obsesionado pero tarde o temprano se le bajara.

-¿Por eso no te vas de aquí?- dijo mirando el lugar.

No era un lugar muy grande, pero tampoco muy pequeño, era justo lo que necesitaba, estaba en el centro de Seúl, diez minutos en camión y llegaba a la empresa Jeon. Media hora y llegaba al Burdel, estaba perfectamente bien establecido. No cambiaría dicha dirección solamente para darme placer.

-No tengo que darte explicaciones y te pediré que no hables de mi trabajo aqui, en mi área de tranquilidad, ¿Quesa claro Erin?-este asintió.

-Esta bien, no te molestes. Solo era una pregunta simple.-Asenti mientras tomaba asiento en uno de los sillones de la sala, tome mi teléfono y verifique cualquier mensaje.

"El viernes paso por ti, no hagas planes. Jk"

Era un mensaje directo, y si, efectivamente no necesitaba contestación, ya que el Señor Jeon sabía que lo que decía, se hacía.
Guarde nuevamente el celular en mi bolso y miré por la ventana, sonreí al recordar el miedo que sentí al ver a Jeon entrar en ese burdel.

Lo primero fue observarlo de lejos, me fui acercando hasta que me convertí en su adicción, era dulce, tierno y demasiado comprometido a la hora de satisfacer sus más bajas fantasías. Y ahora su gran polla no podía vivir sin mi, ese bar también se había vuelto mi debilidad, no había noche que no fuera ilusionado para encontrarme en su placer. Pero como era tan comprometido al sexo, también lo era en su trabajo, así que solo me quedaban los fines de semana, solo dos malditos días podía disfrutar de sus delicias.

Mi cuerpo lo vuelve loco, mis gritos lo hacen alucinar, mi presencia es inevitable para el.

El había sido al primer cliente que le entregué sexo, todos los anteriores manoseaban y daban dinero a cambio de solo bailar, pero este hombre no, el quería mucho más. Y salvajemente se lo di, ahora era inevitable parar, así como el estaba loco por mi, desgraciadamente yo también estaba muerto por el.
Lo deseaba, lo añoraba, lo necesitaba y a pesar de las tantas veces que decidí reprimir mis sentimientos, no pude evitar quererlo.
Gracias a este tipo de trabajo casual estaba claro que Jeon no sentiría "algo" por alguien como yo, un chico que se vende por dinero, que baila para extraños, que se desnuda para complacer a otros y mucho mejor, que le gusta hacerlo.
La homosexualidad en estos tiempos es imperdonable y mal visto, pero ese hombre buscaba lo que jamás encontraría en alguna mujer, su fetiche era yo, un chico con pelucas impresionantes y de colores, tangas de diversos modelos, las cuales fueron arrancadas sin piedad de mi cuerpo. Todo aquello le encantaba a el, un hombre adinerado, con una empresa multimillonaria, sin ataduras, sin nada que lo consumiera. Un tipo quizá homosexual, pero con un futuro lleno de mujeres y tal vez con hijos, solo el destino lo sabrá. Pero lo más hermoso de todo aquello es que en ese futuro, Park Jimin, no estaba incluido, solamente ese pequeño.

My Daddy Jeon• One-shot 🔥+18🔥Where stories live. Discover now