capítulo iv

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capítulo cuatro,

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           SIENTE SUS SIENES PALPITAR MIENTRAS SE ARRASTRA A LA comisaría, pero no ha tomado lo suficiente para que se trate de una jaqueca por alcohol, sino una jaqueca por haber tenido tan horrible enfrentamiento con su madre la noche anterior. No es nada nuevo, sin embargo. Es el efecto que causa Mariana. El efecto Madre.

Pide al taxi que la deje unas cuadras antes de llegar a la comisaría y toma la petaca en su bolso para beber dos tragos. El dolor disminuye y se siente preparada para atravesar aquel día ( si solo supiera ! ). Los resultados del laboratorio han llegado y ansía conocerlos. De haber sido negativos se lo hubieran dicho por llamada y no le hubieran hecho ir hasta allí, lo sabe.

Detrás del mostrador de entrada hay una fila de tres personas, esperando no tan pacientes a que el sujeto que la encabeza termine de realizar una denuncia por el robo de su camioneta. Cambian el peso de una pierna a la otra y sus miradas recorren el lugar esperando que alguien vea el predicamento en el que se encuentran y los ayude. Pero nadie lo hará. Cada policía tiene cosas más importantes que hacer, aunque sea sentarse dos minutos a disfrutar un café antes de que lo vuelvan a llamar a la calle.

Se dirige sin vacilar a la oficina del Capitán Navarro y toca la puerta con sus nudillos. En otro momento tal vez hubiera entrado sin pedir permiso, pero no se atreve a hacerlo luego del incidente, y que él confíe en ella lo suficiente para permitirle quedarse con su placa. Su cartera se siente más pesada que aquella mañana y siente culpa por lo que lleva dentro.

El hombre abre la puerta, su rostro tan estoico como siempre.

—Bárbaro. Has llegado. Sígueme.

Samara asiente con su cabeza y juntos se dirigen al laboratorio.

—¿Ya conoces los resultados?

—Solo sé que han dado positivo. Te estaba esperando para descubrir si tenemos un sospechoso o una posible víctima.

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⏰ Última actualización: Apr 13 ⏰

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