Y después de estar preocupado más de una semana, su amante vuelve tan tranquilo, sonriéndole sin problemas y meneando la mano con clara felicidad, eso sí, sin poder ocultar su hematoma en el ojo derecho y un corte en el labio.
Taehyung, que para nada es una persona violenta o agresiva, tiene ganas en ese momento de colorearle el ojo que tiene bueno.
— Buenos días, Taehyung-ah — saluda, ladeando la cabeza con dulzura.
El peligris se dispone a abrir la boca, a punto de soltarle miles de cosas que no piensa, pero que necesita decir en ese momento o podría cometer un acto grave de violencia contra el que se postula para ser su pareja y este, sonriendo, le tapa la boca, sorprendiéndolo.
— Antes de convulsiones porque eres un chico maravilloso y no quieres decirme nada, pero me lo merezco, voy a secuestrarte de la universidad hoy — el menor frunce el ceño, molesto — prometo compensarte.
— Está bien — susurra, dejándose agarrar de la muñeca para ir hacia la moto de Yoongi, donde ambos se marcharán.
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Empiezan a dolerle las piernas y el trasero, porque se montó en la moto de Yoongi pensando que darían un corto paseo hacia su casa, pero no, llevan una hora de camino, aunque no puede evitar emocionarse, pues agarrado a su adorado y disfrutando de la brisa, aparece el mar ante sus ojos.
La playa de Eurwagni consigue tranquilizar la ira de Taehyung, decidiendo escuchar antes de enfadarse.
Aunque sus lógicas, no es la primera vez que alguien lo deja tirado de la nada, y si luego aparecen es para estar con su nueva pareja y pavonearse de que se han reído de él, enseñando a todo el mundo sus nuevas adquisiciones costeadas por los diferentes trabajos a tiempo parcial que ha tenido para poder hacer pequeños presentes.
Su corazón se contraía de dolor de solo pensar que Yoongi iba a abandonarlo de esa forma, sobre todo, porque es la persona que realmente ha amado alguna vez, esos días le han servido para darse cuenta de algo importante.
Está enamorado de Yoongi y le dolería demasiado perderlo.
El cual, lo devuelve de su ensoñamiento para avisarle de que han llegado a una estupenda villa a pie de playa, que lo deja maravillado mientras se baja de la moto, sin entender qué hacen ahí.
— Tengo una casa también aquí — explica, sacando un par de cosas del huevo de la moto — nos vamos a quedar hoy aquí y los días que te apetezca.
— ¿Me vas a explicar por qué ha pasado todo esto? — pregunta, siguiéndole.
— Una de las cosas que más me gustan de ti es lo bueno y puro que eres, ni siquiera te planteas las razones de mis tatuajes, que manejemos un tugurio en una zona peligrosa, que mi hermano sea el cabeza de familia o que mi ojo esté del color de la berenjena — dice, entrando, con resignación — hazme el favor y enamórate ya de mí.
— ¿He dicho en algún momento que no lo esté? — pregunta de nuevo, desviando la cabeza, avergonzado.
— Yo también lo estoy de ti — dice, pasando ambos brazos por su cintura — estos días que no he podido verte me ha resultado un infierno insoportable, pero tenía un castigo que cumplir por saltarme las normas.
— Qué normas son — quiere saber, curioso.
— En mi familia, la disciplina y la libertad van de la mano, pero si no cumples una, no existe la otra — explica, mirándole con seriedad — yo no tengo permitido meterme en pleitos porque he estado ya un año en la cárcel por uno que se me fue de las manos, por eso mi hermano, me castigó severamente al encontrarme en la comisaria.
¿Cárcel? ¿Cómo que cárcel?; piensa, sorprendido.
— Tener antecedentes y mi templanza nula es una mierda, mucho menos si hay alguien tan maravilloso como tú conmigo — Yoongi restriega su rostro entre los pectorales de Taehyung, sintiéndose relajado — quiero portarme lo mejor posible para mi novio, pero es que ese imbécil no me dejó.
— ¿Cómo que novio? ¿Tienes novio? — pregunta Taehyung, molesto, apartándolo de él.
— Sí, tú — responde, frunciendo el ceño — llevamos semanas siendo novios, desde ese día en mi casa, el día de nuestra primera vez.
— ¿Y yo no estaba enterado? — pone los brazos en jarra, atónito — para que la gente se entere de que tiene pareja hay que comunicárselo, no puedes montarte las películas tú solo y encima luego desaparecer, para luego contarme que has estado en la cárcel y que tu hermano te castiga, ¿Qué eres? ¿Un puto mafioso?
Yoongi levanta las cejas, sorprendido de que Taehyung todavía no se haya dado cuenta de la realidad que tiene delante.
— Pues claro, Taehyungie — dice, abriendo las manos con obviedad.
El menor abre mucho los ojos, pasándole todas las vivencias con Yoongi durante este tiempo por delante, dándose cuenta de que esos tatuajes no son normales ciertamente y que las actitudes de su local no son las más normales; ahora mismo se siente contrariado, porque no entiende nada.
— Entonces, ¿Te has acercado a mí porque soy una presa fácil de conseguir y vas a desecharme cuando te canses? — pregunta, triste.
Ya pensaba que había sido demasiado bueno para ser verdad, él no podría tener la suerte de que un mafioso lleno de tatuajes, bello y millonario se enamorase de su persona, va a engañarlo y luego lo desechará, porque su mayor fantasía no va a cumplirse, solo va a tener un corazón roto de nuevo.
