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Canción: Rises the moon
Duración: 1h

3er Mes

Aquel hogar estaba tranquilo, lleno de paz, los pájaros cantaban mientras sonido de las hojas moviéndose por el viento fresco y ligero, el sol con sus hermosos rayos y las nubes tapandolo un poco...un día perfecto

El oji azul se encontraba en bello y pequeño jardín de la finca disfrutando del día, sentado en el suelo de madera mientras acariciaba la cabeza de un cuervo temblando un poco, al parecer era un cuervo ya viejo y que apenas miraba debido a que no abría mucho sus ojos. Con su otra mano tocaba su estómago el cual había cambiado muy poco, era como si hubiera engordado ligeramente, era muy poco notorio. Con una leve sonrisa seguía dando cariño a aquella ave, hasta que el ave voló al árbol de sakura para luego quedarse en una de sus ramas, no sabía el porqué se había ido, hasta que una voz hizo que girará la cabeza para esa dirección

- El día está muy lindo hoy ¿No lo crees? -pregunto aquel hombre de cabello tan particular-

- Adivino...estas aburrido ¿No es así? -pregunto ya sin aquella sonrisa en sus labios, pero al tener un movimiento de cabeza en forma de decir "si", aquella sonrisa regreso- Si quieres podemos ir a pasear a donde quieras -propuso aquel chico de ojos azules mientras aun posaba su mano sobre su vientre-

- Me parece perfecto, sería bueno ir de paso al mercado a comprar algunas cosas -mostró una sonrisa el contrario- Oye...

- ¿Mmh? -hizo un gesto de confusión-

- Es broche que tienes en tu cabello se ve muy lindo...me recuerda mucho a ese par de hermanas -hablo el rubio de puntas rojas-

El oji azul se levantó del suelo y se acerco a su acompañante, ya estando cerca de él se quito aquel broche en forma de mariposa color azul con detalles muy sencillos pero al mismo tiempo elegantes

- Este...me lo dieron las Kocho cuando un día las ayudaba a cuidar a kanao...ese día estaban agotadas por varias labores, ese día me ofrecí a cuidar de la pequeña y como agradecimiento me lo dieron -explico el oji mar mientras se llevaba aquel broche a su pecho- Es un lindo obsequio, aveces solo lo uso para acomodar mi cabello

- Valla...realmente son unas damas muy encantadoras

- Realmente lo son...aunque ya no nos podremos ver tan seguido como antes... -nuevamente coloco aquel broche en su cabello, en aquella coleta de caballo-

Ambos entraron a la finca en silencio, no era un silencio incómodo, era todo lo contrario, era cómodo aquel silencio. Había paz en aquel hogar...en ese dulce y pequeño hogar acogedor

- Yo haré las tareas esta vez, ahora es mi turno -hablo el oji azul mientras se detenía quedando atrás del rubio-

- Giyuu...-el rubio giro para con el y luego se acerco, para luego agarrar de sus manos- sabes que no puedes estar de allá para acá, tienes que descansar para evitar cualquier problema

- No cargare nada pesado Kyo, descuida

Y bueno...al final el rubio terminó haciendo algunas tareas de aquella finca, ahora si el oji azul no se salio con la suya de hacer ojos de cachorro para convencerlo

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Aquel día seguía siendo tranquilo, bueno, con la única diferencia que se había nublado demasiado, ambos caminaban por el pueblo, por aquel mercado. El oji azul llevaba un paraguas para ambos, lo llevó por sí llegaba a llover, antes de salir noto que se había nublado así que lo llevó por precaución

Ambos se detuvieron frente al puesto de una joven amable, el rubio miraba los productos/mercancía mientras el peli negro lo esperaba...pero...sentía que alguien lo estaba mirando, no le daba buena espina y ese olor se le hacía algo familiar a decir verdad. Sentía...miedo y...se sentía nervioso, tanto que su piel se fue haciendo pálida, como si hubiera visto algo realmente aterrador, empezó a temblar levemente

Giro poco a poco su cabeza con dirección a donde el olor llegó a su nariz

Sin embargo aquella persona no estaba, trataba de olfatear nuevamente el olor pero había desaparecido como si nada, se sentía un poco tranquilo pero...algo le decía que no cuadraba para nada

- ¿Giyuu?, ¿Te sientes bien? -pregunto el rubio mientras posaba una mano en el hombro del peli negro,

- ¿¡!? -había soltado un pequeño brinco y giro su cabeza de regreso teniendo de frente al rubio...se veía...preocupado-

- ¿Pasa algo?, ¿Quieres regresar a la finca? -hablo el rubio nuevamente al ver el estado del oji azul-

- ... -el oji azul no dijo nada, solo movió su cabezas hacia los lados como señal de un "no", finalmente volvió a hablar- Estoy bien

El joven Rengoku no estaba del todo convencido pero, no lo podía obligar a volver, pero aun por el color de sus labios los cuales ya eran pálidos, como si ubieran desaparecido no le gustaba para nada...se sentía un completo idiota al no saber que fue lo que lo puso así...y si...¿Y si el volvió?...no...eso era imposible, sería imposible. Pero...¿Que tal si realmente lo había encontrado?

El rubio compro algunas frutas del puesto de aquella joven mujer y se fueron rápidamente de hay, visualizo una banca cerca, así que guió al azabache hasta hay y se sentaron juntos

- Volví a...sentir su aroma -fue lo único que comento-

...¿Como esque el no pudo oler el aroma tan repugnante de ese alfa?, ¿Será porque estaba ocupado o Sera por su torpeza?. No lo sabía. Lo único que pudo hacer fue abrazarlo, ahora lo que quería era tranquilizarlo ahora, tal vez para las otras ocasiones que tenga que ir al mercado le pida a alguno de sus amigos que se quede en la finca con Giyuu

- ¿Lo viste? -pregunto el rubio mientras lo abrazaba y acariciaba un poco la espalda-

Al sentir como movía la cabeza de lado a lado, eso significa que "no"

- Será mejor volver ¿De acuerdo? -se separo del abrazo para luego levantarse de aquella banca-

El oji azul igualmente se levantó de la banca, se mantenía callado, con su mirada hacia el suelo. Empezaron a caminar con dirección hacia aquel hogar, tal vez el rubio continuaría las compras otro día, igualmente había algo de comida aun para el almuerzo, cena y desayuno para el día siguiente, pensaba en llegar y mandarle una carta a alguno de sus amigos para que se quedara con el peli negro en la finca, después de eso ya no le daba suficiente confianza, no estaba seguro si ese albino estaba en el pueblo, pero prefería no correr riesgo. Después de lo que paso en la finca mariposa, no podría imaginar como era una mierda de persona al golpear a alguien en cinta

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La noche había llegado, era una noche lluviosa, el viento soplaba, el sonido de las gotas golpeando el suelo y el techo de la finca. El rubio miraba la lluvia por la ventana de la habitación con la compañía del oji azul, sentado en sus piernas, un silencio cómodo los rodeaba, su cabeza descansaba en el hombro del rubio de puntas rojas. El peli negro ya estaba más tranquilo, su color de labios había vuelto, así que eso ya lo mantenía más tranquilo al joven rengoku

- ¿Crees que a Nee-san le lleguen mis cartas?...tengo mucho que no recibo sus respuestas

- Tranquilo...seguramente sus respuestas tardan en llegar, pero te a seguro que esas respuestas de ellas llegarán pronto -hablo el rubio tratando de animar al joven Tomioka-

- Si...tienes razón -fue lo único que respondió

Pasaron los minutos hasta que llegó la hora de dormir, ya ambos estaban acostados en el futon. Tenían sus propios cuartos pero...les gustaba la compañía del otro al dormir, el aroma del otro los tranquilizaba a ambos

- Buenas noches a ambos

El oji azul mostró una leve y calida sonrisa mientras dirigía una de sus manos a su vientre, se sorprendió un poco al sentir otra mano en su estómago, así que bajo su mirada y...se encontró con la mano del rubio, no le molestaba para nada así que no dijo nada. El peli negro cerró sus ojos para que al poco tiempo callera en un profundo sueño

- Dulces sueños...-y eso fue lo último que dijo el rubio antes de caer igualmente en el profundo sueño-

Su mano no la aparto para nada, seguía en el vientre del oji azul...no iba a dejar que nada les pasara a ambos...












☆♡Yo Cuidare De Ustedes♡☆

☆♡Yo Cuidare De Ustedes♡☆《Rengiyuu》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora