Discord y el Fantasma de la Opera [Fluttercord]

Descubrimiento

Los ensayos que siguieron a la lección cuando Fluttershy cantó "Think of Me" fueron muy parecidos. Durante dos semanas enteras, los dos se reunieron, hablaron cortésmente, compartieron pensamientos sobre la música en marcha, así como ideas. A diferencia del pasado, Discord tenía curiosidad por saber qué pensaba Fluttershy de la música, especialmente de su música, y si tenía alguna idea para mejorar. Él fue cortés con ella, exigente, pero aún así cordial. Todos los días él tenía algo bueno que decir sobre su canto, sobre lo rápido que aprendía, lo mucho que estaba mejorando y lo orgulloso que estaba él como su maestro.

Y ese fue el tiempo que pasaron juntos.

Fluttershy estaba agradecida por ello, le gustaba estar con Discord y esperaba con ansias sus lecciones juntos. Pero las lecciones siempre parecían terminar demasiado pronto, y una vez terminadas, ella no lo volvería a ver hasta el día siguiente, en el siguiente ensayo.

Y eso la estaba volviendo loca.

Ella sabía que ella era su alumna y él su tutor y, por lo tanto, estaba actuando de manera extremadamente profesional como debería hacerlo un buen tutor. Pero ella anhelaba que él dejara de ser así, que se abriera un poco, que hablara con ella y le preguntara sobre sus sentimientos y pensamientos sobre otras cosas además de la música. ¿Era la música todo en lo que pensaba? Sabía que la respuesta era sí, porque después de cada ensayo, él se mantenía escondido en su habitación para componer y trabajar en su ópera.

Durante dos semanas esto continuó y Fluttershy no sabía qué hacer. Sentía que estaba siendo tonta, que no tenía derecho a quejarse, después de todo, cualquier cosa era una mejora respecto a cómo solían ser sus lecciones, y eso era algo a lo que no quería volver. Pero cuando estaba en su habitación y escuchaba ruidos afuera, se ponía rígida y contenía la respiración, esperando que fuera Discord. Pero cada vez que eso sucedía, era Derpy o Rarity, que venían a verla o le hacían saber que la cena estaba lista.

Fluttershy había adquirido el hábito de cenar con los demás; lo prefería en lugar de comer sola en su habitación. Había un pequeño comedor cerca de la caverna donde dormían los demás, contenía una sencilla mesa con seis sillas; la sexta silla siempre desocupada. Las comidas no eran sofisticadas y a menudo escasas, pero era la compañía lo que Fluttershy más esperaba; en la cena escucharía a Derpy contándole sobre su progreso con la lectura, Rarity parloteando sobre los chismes que había escuchado de las yeguas bailarinas a través de las tuberías en sus dormitorios, mientras Rainbow Dash gruñía y se quejaba de algo, y Shortround terminaría uniéndose a Rainbow Dash en una discusión. Sin embargo, las cenas siempre eran maravillosas y agradables, sin importar de qué se tratara, y Fluttershy compartía sus noticias sobre sus lecciones. Pero sus ojos a menudo se desviaban hacia la silla vacía junto a la mesa mientras una expresión de tristeza pasaba por su rostro.

Lo extrañaba muchísimo, y lo extrañaba aún más cuando podía oírlo tocar su música hasta bien entrada la noche.

Una mañana, era muy temprano cuando Fluttershy se despertó cuando algo suave, húmedo y frío golpeó su mejilla. Su rostro se contrajo mientras se limpiaba el frío intruso, pero lo sintió de nuevo y abrió los ojos.

Por encima de su cabeza, pequeños copos blancos caían de una de las pequeñas grietas del techo de la caverna. Saltó de la cama, rodeándose el cuerpo con sus brazos, cuando el frío la golpeó. Levantó su casco hacia donde caían los copos, atrapando algunos con su casco y sintiendo cómo se derretían.

"¡FLUTTERSHY!"

Fluttershy se giró para ver a Derpy, jadeando y sonriendo mientras estaba parada en la entrada de su habitación. "¡Vvv-ven y mm-mira!" tartamudeó alegremente, antes de desaparecer. Curiosa, Fluttershy rápidamente agarró su bata y la siguió, escuchando sus gritos de emoción viniendo en dirección a donde estaba la laguna subterránea. Finalmente la alcanzó, viéndola saltar arriba y abajo en la orilla, y antes de que pudiera preguntarle qué la tenía tan emocionada, vio su razón... y se quedó sin aliento.