Krieger es el piloto más dominante de Fórmula 1.
Es conocido por ser despiadado y letal al conducir; razón por la que ha sido 5 veces campeón del mundo.
Pero su reinado se verá amenazado con la llegada de un misterioso piloto que al parecer, es el ú...
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Después de todo el caos que ocurrió en el paddock cuando se dio a conocer el accidente, Andrew me envió un mensaje con la dirección de un lujoso restaurante en donde nos runiríamos para hablar sobre la carrera de hoy.
Tengo un mal presentimiento sobre esto. Él no es tan generoso como para invitarme a cenar gratis. Estoy segura de que trama algo y ese algo tiene que ver con los resultados de la carrera en la que destruí el auto y ahora debe pagar medio millón de dólares para repararlo.
Al llegar a la entrada, uno de los meseros me ayuda a llegar hasta mi mesa, sin embargo, siento un escalofrío cuando me doy cuenta que todas las mesas están vacías, a excepción de la que estaba hasta el fondo, en donde Andrew se encontraba sentado. Solo éramos nosotros dos y un par de meseros que esperaban en la entrada de la cocina con grandes sonrisas.
Cuando me senté frente a él, levantó la mirada y sus ojos azules brillaron con inocencia, pero sé perfectamente que es una fachada para esconder su crueldad.
—Hola, Lilith, ¿Quieres algo? —inquirió con calma.
—Solo agua.
—No lo dices en serio.
—Acabo de tener un accidente y no creo que sea prudente…
—Te pediré una copa de vino. No todos los días puedes cenar en un lugar así. —Le hace una señal a los meseros y estos ingresan a la cocina de inmediato, dejándonos completamente solos.
No estoy segura del por qué quiso que viniera, pero será mejor que no baje la guardia.
—Cuando tu padre era mi ingeniero de carreras… —empezó a decir, sin apartar su mirada de mí—, solía lastimarse mucho cada vez que planeaba una actualización para mejorar el rendimiento del auto. Siempre tenía vendas, curitas y todo tipo de cortes en el cuerpo debido a que pasaba mucho tiempo en el taller. Tu situación me recuerda mucho a los viejos tiempos, cuando él llegaba a su límite con tal de dejar su nombre en la historia de Fórmula 1.
Intenté ocultar la incomodidad que me provocaba hablar de mi padre con la persona que más lo odiaba en vida, y que al mismo tiempo, fue un poco responsable de su muerte por no seguir las órdenes necesarias para evitar un accidente.
No estuve ahí cuando ocurrió, pero hay videos en YouTube sobre la muerte de papá que muestran la negligencia del equipo y he evitado verlos para no lastimarme más.
—Fue el mejor ingeniero que tuve. ¡El rey de la aerodinámica, Dylan Vettmond!—Soltó una risita llena de amargura—. Diseñó autos majestuosos, pero es una lástima que fuera tan…
—¿En serio me invitaste a cenar para hablar de mi padre? —repliqué.
—Mis disculpas, no creí que fueras tan sensible al respecto.
—¿Por qué querías verme?
—Seguramente Harris te comentó los cambios que hemos hecho en la escudería para mejorar tu rendimiento, ¿verdad?