Capítulo 8

6.1K 480 53
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.



El Gran Premio de Italia solía ser mi favorito cuando no tomaba en serio la popularidad de Krieger, hasta que llegó el día en que aterrizamos y lo primero que vimos fueron miles de campañas publicitarias con su rostro, fanáticos que gritaban su nombre en cada esquina y establecimientos de comida que hacían descuentos extremos sólo porque ahí se iba a transmitir la carrera.

Para los Italianos, Krieger es su más grande adoración.

Pero no es una gran sorpresa, ya que  cuando un piloto compite en su lugar de nacimiento, recibe toda la atención y cariño de sus fanáticos. Suena bien ser el favorito durante un fin de semana, pero esto también implica mucho estrés debido al peso de las expectativas que tienen sobre ti.  

—Es desagradable ver su cara en todos lados —comentó Harris con cansancio—. Suficiente tenemos con estar cerca de él durante toda la temporada.

Estábamos cruzando por la avenida principal y nos dimos cuenta que había paredes tapizadas con el rostro de Krieger en diferentes presentaciones: desde promoción para perfumes, ropa interior y autos de lujo, hasta restaurantes, playas y hoteles. A pesar de ser solo un piloto, su presencia atraía a muchas personas con diferentes gustos.

—Sé que Italia es el hogar de Krieger, pero es demasiado favoritismo e incluso hostiga  —respondí.

—Y es precisamente por eso que debes ganar aquí. —Puso su brazo en mis hombros para romper la distancia entre nosotros—. ¿Te imaginas lo mal que se va a sentir cuando pierda por primera vez en  su hogar? Sus fanáticos estarán decepcionados, su equipo perderá confianza y todo se va a desmoronar poco a poco. Adiós campeón mundial, hola joven promesa.

Solté una risita.

—Eso no será tan fácil y lo sabes. No se trata solo de… romper su confianza, se trata de superar su trayectoria, conseguir grandes patrocinadores que nos ayuden a crear el auto más rápido, y sobre todo, mantener el título. 

—Eso es verdad, necesitamos patrocinadores que confíen ciegamente en nosotros como para que gasten su dinero en la preparación del próximo auto.

—Te aseguro que después de esta carrera, tendremos muchas propuestas en nuestro buzón.

—¿Por qué? 

—Porque ningún hombre de negocios rechazaría a una joven promesa que podría exprimir hasta la muerte. Todos son iguales a Andrew, con la mínima diferencia de que te van a sonreír un poco más.

—Ya veo, tratas de atraer a los peces gordos a tu trampa. ¿Acaso tienes un plan para la carrera de hoy? 

—Yo no lo consideraría una trampa, sino un acuerdo mutuo que beneficiará a ambos, y sí, quiero ganar.

EL GRAN CIRCODonde viven las historias. Descúbrelo ahora