Un mes después...
—Uh, hola—parpadeo al ver a Robb entrar en mi habitación luego de ser anunciado—. ¿Pasa algo?
Este mes ha sido... bueno, duro para él. No es para menos. No tiene recuerdos de absolutamente nada en su vida y hay cosas que hace simplemente por naturaleza al parecer.
Puede luchar, escribir a la perfección y sigue hablando como un noble. Pero no recuerda su infancia, su casa o su historia.
—¿Qué sabes sobre mis hermanos?—pregunta y levanto las cejas.
Ha intentado recordar a su familia, no quiso que Visella o ser Barristan le hablaran sobre ellos porque... se niega a creer que esto es un castigo. Un castigo de nuestros dioses, no los suyos.
He estado leyendo sobre su familia, de hecho, justo ahora el libro que tengo en mi regazo habla sobre el padre de Ned y la... horrorosa otra parte de su asesinato por órdenes de mi padre.
Cierro el libro y lo dejo sobre la mesa antes de señalar la silla vacía frente a mi. Robb se acerca y yo respiro profundo apoyando mi mano en mi vientre, como se me ha hecho costumbre desde que confirmaron que estoy esperando un bebé.
Robb mira mi vientre y el anhelo que se plasma en estos me hace ofrecerle una pequeña sonrisa.
No ha... querido tocarme. Dice que no le parece correcto porque no es el mismo que yo conocí. Lo cual es tonto, pero respeto lo que él quiera hacer.
—Tienes cuatro hermanos, cinco si cuentas que tu padre tuvo un bastardo—exhalo—. Sansa, que viene después de ti, luego Arya, Brandon, Rickon y Jon Snow.
—¿Un bastardo?—frunce el ceño—. ¿Mi padre...?
—Tu padre era un hombre honorable, Jon es... una pequeña mancha—asiento—. Pero para tu padre el honor importaba mucho, por eso lo acogió. Su honor como hombre, su deber, era reconocer a su hijo. Aunque no le diera su apellido.
—¿Qué hay del resto?
—Sansa es la prometida del rey Joffrey—suspiro—. Ella será una Baratheon muy pronto, la reina de Westeros.
No sé si eso es bueno o malo. Varys no ha dicho muchas cosas buenas de Sansa Stark, pero dice que es una niña asustada y... quiero creerle.
—¿Por qué?—cuestiona—. ¿Por qué mi hermana va a casarse con el niño que ordenó la muerte de nuestro padre?
—No lo sé, Robb—apoyo mi mano sobre la suya—. Quizás es solo porque ya estaban prometidos antes de la muerte de tu padre. Dicen que Joffrey es un pequeño hijo de puta y no dudo que quiera hacerla sufrir.
Aprieta los labios.
»Nadie sabe dónde está Arya, o Bran y Rickon—lo miro a los ojos, casi sonriendo porque me gustan mucho. Son hermosos—. Después de que los Greyjoy tomaran Winterfell... habían rumores de que ellos escaparon, otros de que Theon Greyjoy los quemó. Nadie lo sabe con certeza.
Alguien si que lo sabe, pero Visella aún no quiere soltar información porque cree que no es el momento adecuado. «Maravilloso»
—Entonces Sansa es la heredera de Winterfell—murmura y asiento—. ¿Y Jon?
—Es de la guardia nocturna—me encojo de hombros—. No se sabe mucho sobre él o los que están en el muro, pero puedo hacer algunas preguntas y averiguar algo para ti.
Asiente.
—¿Podemos... traerlo o visitarlo?—pregunta y aprieto los labios.
Dudo que la Guardia Nocturna quiera un dragón o a uno de los reyes de la guerra de Westeros en su castillo. Y no es seguro para nosotros..
—No es seguro—aparto mi mano—. Todos creen que estás muerto, Robb, y creo que es mejor que siga así por ahora—señalo mi vientre—. Por el bebé y por ti. Y no sé si tu hermano es de confianza, nunca lo conocí en persona.
Asiente.
—Lo entiendo—suspira y vuelve a fijar sus ojos en mi vientre—. ¿Puedo... tocar?
Sonrío.
—No hay mucho allí, pero si—asiento, y de inmediato se inclina para que su mano se apoye sobre mi vientre.
—Siento que es lo único que me mantiene cuerdo—murmura y mi pecho se oprime—. No tengo recuerdos, no tengo a mi madre, a mi casa o a mis hermanos... soy un hombre con una muy mala suerte. Pero este bebé... me hace sentir algo en el pecho.
Asiento, apoyando mi mano sobre la suya en mi vientre.
—A mi también—le ofrezco una pequeña sonrisa—. Ser madre no era algo que esperara para un futuro tan cercano, pero desde que confirmaron mi embarazo yo... siento emoción. Y miedo, mucho de ese último.
—¿Por qué?—frunce el ceño
—Porque nada asegura que seré una buena madre—murmuro—. Aunque me he jurado a mi misma hacer todo lo posible para serlo.
Su otra mano se apoya en mi mejilla y mis ojos de inmediato van a los suyos, que me detallan con curiosidad y algo más que no logro identificar con exactitud.
—Yo creo que serás una buena madre, Alyssa—acaricia mi mejilla con su pulgar y luego este acaricia suavemente mis labios, encendiendo una chispa de deseo en sus ojos mientras mi corazón comienza a latir con rapidez—. También creo que eres y serás una buena reina.
Río suavemente.
—No estaría muy segura de eso último—digo—. No fui muy buena con los tuyos. No fui... una reina en lo absoluto.
—Siempre se puede mejorar, y como dijiste, de eso se trata este tiempo—se inclina y cierro los ojos cuando sus labios se presionan suavemente contra los míos logrando que la piel me hormiguee—. Suaves y dulces, como creí.
—¿Qué?—abro mis ojos para encontrarme con los suyos.
—Tus labios—vuelve a besarme y jadeo—. Son suaves como la más fina seda, y dulces como la miel. Me gustan.
—Gracias—mis mejillas se calientan y él sonríe
—Debes descansar—esta vez besa mi frente, y aunque el gesto es extraño, me calienta el pecho y me da una sensación de familiaridad—. Hasta mañana, Alyssa.
—Hasta mañana—lo veo encaminarse a la puerta y salir para dejarme a solas con este... revoltijo en mi estómago y pecho.
Dioses. Jodidos dioses.

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The queen of fire and ice [Robb Stark]
Fanfiction"Targaryen o fuegoscuro, sigue llevando tu sangre. Por tu casa, por los dioses viejos y nuevos, quiero que jures protegerla hasta que llegue el día en que ella deba tomar el trono" había pedido la reina Rhaella, encargándole a ser Harald a su hija...