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Lo que pasaría aquella tarde ni Minho lo esperaba, aunque quiso luchar con todas sus fuerzas, correr y alejarse de ahora su agresor, de ahora su abusador.

Había pasado una semana desde aquella confesión por parte de Jisung, aunque no hubo respuesta, él pudo sentirse agradecido porque al menos pudo comprobar que sí existía una persona en el mundo que lo amaba.

Lamentablemente esta había llegado más tarde, no era culpa de Minho ni de Jisung, aunque si tuviera que haber un culpable; estaba por seguro que Minho se daría por culpable sin nisiquiera luchar por comprobar lo contrario.

Tal vez era un adolescente perdido y sin rumbo fijo, pero con muchas ganas de seguir luchando por un futuro, futuro que ahora ya no existe.

Incluso tal vez nunca existió, pero ¿Cómo saberlo? Ya no había porque luchar, todo se había perdido.

Aquella tarde donde terminaron por destrozar a Lee Minho.

Horas más antes.

Minho se dirigía a su escuela después de aquellos golpes que recibió por su padre, ya no era algo nuevo, pero aún así dolía, dolia mucho.

Entró por aquel pasadizo que escondía los deseos de vivir que Minho llevaba dentro, siguió hasta que se chocó con Jisung el cual sonría ampliamente.

-Hola, Min- dijo sonriente

-Hola, hoy viniste muy temprano-

-Quise hacerlo porque quería hablar contigo-

-Sobre tu enfermedad? Entonces, por fin te quieres curar?-

-No, Honnie, no necesito curarme-

Minho solo asintió y siguió caminando al lado de Jisung

-Qué piensas de que estoy ""enfermo""- dijo mientras hacía comillas por aquella palabra

-No lo sé, debería saberlo?-

-No Honnie, no deberías-

Minho no dijo nada hasta que una pregunta salió de sus labios

-Crees en el futuro, hyung?-

Jisung lo miró entiendo la pregunta y asintió

-El futuro lo creamos nosotros-

-Entonces, quiero crear mi propio futuro-

-Claro que lo haras-

-Lo dudo-

-Por qué lo harías? Aún tienes mucho por delante-

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