24. El Globo Que Está a Punto de Explotar.

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Tony se encontraba en la soledad, y casi aniquiladora, tranquilidad de su laboratorio.

Los días habían pasado con normalidad, aparentemente todo se había calmado consigo y sus demonios internos. Quizá habían tomado unas vacaciones.

Seguía bebiendo alcohol, por supuesto , pero trataba de ya no abusar del mismo. La verdad ya no se sentía capaz de poder dejarlo, no después de tanta mierda en su vida, necesitaba una salida y esa era aquel bendito lixir que lo hacía ver las cosas tan claras y lo hacía sentir casi invencible.

Incluso, en ese mismo instante, se estaba cuestionando muy fuertemente el hecho de seguir siendo un superhéroe. Quizá era por la sabiduría que aquel líquido le obsequiaba.

Pero recibió una llamada que lo sacó de su nube de pensamientos, contestó de inmediato.

—Stark.

—Ajá.

—Tenemos que hablar.

Era Ross, el último hombre que Tony quería escuchar en ese instante.

—¿Qué quieres hablar?

—Tenemos que hablarlo en persona.

—¿Qué mierda somos, una pareja gay que ama el arte moderno y están pasando por un momento difícil?

—Esto no es una maldita broma, Stark.

—Entonces dímelo, dime lo que tienes que decirme de una vez.

Escuchó como el hombre, del otro lado de la línea, suspiraba.

Sabes que los rumores vuelan, en los pasillos se habla de algo... algo mucho peor que los acuerdos. Algo más..., íntimo.

—¿Qué tan íntimo?

—Estamos hablando de que, cualquier persona que desee ser un superhéroe tendrá que ser totalmente público. Ya nada de máscaras..., e identidades secretas.

Stark cerró los ojos sintiendo un fuerte dolor empezar a emegerle en su cabeza.

—¿Qué tan cierto es?

—Hay un setenta por ciento de probabilidades de que sea real.

—¿Para qué mierda me avisas de esto?

—¿Sabes quién fue la persona que denunció una actitud nada profesional de parte de un superhéroe?

—No.

—Una mujer afroamericana que aseguró que tú la lanzaste de un puente mientras viajaba en su auto con sus hijos.

Stark recordó el suceso y se maldijo mentalmente. Tendría que tomar una píldora para el dolor tan renuente en su cabeza o perderse en el alcohol. Una se veía más factible que otra.

—¿Qué debería hacer?

—Prepararte. Probablemente tengas que enfrentarte con tus viejos amigos otra vez. Todo de irá a la mierda una vez más, y sabes bien qué bando tienes que tomar después de lo sucedido.

Tony se dejó caer en la silla y sirvió otra vaso de aquel coñac que le sabía tan bien.

Tony se dejó caer en la silla y sirvió otra vaso de aquel coñac que le sabía tan bien

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What If... (Starker)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora