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—AY, PERO MIRA QUE LINDA FOTITO.—Fran miraba la foto conservada por la rubia.—¿No será el destino, gor?

—¿Destino de que?—pregunto Eleonora mientras continuaba cebando mates.

—Y mira, se encontraron en la misma cafetería donde iban hace años, tomaron café juntos y una señora casualmente se les cruzó a darles una foto juntos de ustedes juntos en el mismo lugar, significa algo gor.

—No significa nada, bolu.—nego la rubia, miro la foto por unos segundos y luego aparto su vista.

Francisco no dijo nada más porque no tenía la intención de incomodar a su amiga, aunque sabía que algo le seguía provocando ver a Esteban después de años, la veía observar la foto con cierta nostalgia y claro, era algo entendible, eran la pareja más linda y amorosa que pudiese existir, y todo eso se acabó, no por falta de amor, si no por todo lo contrario, se amaban tanto que deseaban que el otro cumpliera su sueños aunque eso implicará no ser parte de el.

Eleonora no quiso hablar más sobre Esteban, guardo la foto en su bolso y continuo tomando mates con churros acompañada de las risas alegres de Francisco.







































































Su mirada estaba pegada al televisor, oía el programa LAM aunque su atención volvía a...Esteban. Odiaba tener que admitir que últimamente estaba pensando mucho en él, ¿y como no?
Esteban seguía teniendo su auténtica sonrisa y esa mirada tan indescriptible que le habían robado el corazón hace tantos años, él seguía siendo el mismo que años atrás, el que tantas veces intento borrar de su mente.

Ninguna pareja que había tenido le había echo sentir tanto como Esteban, ninguno se comparaba a las sonrisas mañaneras y su humor característico, ninguno hablaba tan apasionado de la actuación como él, ninguno era tan tímido como él.
Ninguno había llegado a su corazón como él.

Soy una tarada, pensó cuando volvió a la realidad, no era sano seguir pensando en aquel que ya no era nada de ella.
Bueno, nada por así decirlo, ella lo sentía tan cercano como un amigo quizás pero nada más que eso.

Decidió callar sus pensamientos tomando una siesta, así era más fácil para ella, evadir todo y dormir como si fuera un oso invernando.
Agradecía la paz en el ambiente, la cortina azul oscuro evitaba la entrada directa del sol y Eleonora finalmente se recostó sobre el cómodo sillón para dormir.

Había perdido la noción del tiempo, despertó con las marcas del sillón en sus brazos y la saliva seca al costado de la comisura labial, su cabello atado en un rodete despeinado y caído, prendió la tele para fijarse la hora, apenas eran las 21:00 de la noche, de ser por ella habría dormido hasta el otro día pero su cuerpo pedía comida, el estómago le sonaba a gritos por comida.

Se levantó del sillón y movió su brazo intentando detener el hormigueo en este después de estar tanto tiempo durmiendo apoyada sobre él. Camino hasta la cocina y se fijó la heladera, tenía todo para armarse una buena comida pero no tenía ganas de nada, solo quería comer y ya para poder volver a dormir. Encontró la milanesa que había dejado Valentín.

Ya fue, no lo va a comer, Eleonora agarró la milanesa con la mano y la agrego con un pan, un buen sanguche y a dormir.
Se sentó en el sillón y comenzó a comer en tranquilidad, el celular en la mesita cercana al sillón comenzó a sonar, un número desconocido.

Mh, justo a esa hora de la noche un desconocido la llamaba, no era boluda como para atender, algo destacable en ella es que era media cagona, antes cuando veían una película de terror a la noche con Esteban dormía aferrada a él, él no se quejaba en lo absoluto por ello.

El celular dejo de sonar y Eleonora volvió a comer su sanguche sin miedo, hasta que notificaciones de mensajes llegaron.

+54...

Hola Eleonora, soy Esteban.
Perdón por llamarte de noche y así, Fran me pasó tu número para avisarte que mañana vamos a la quinta de Pipe y si querías venir, a todos los chicos les caíste de 10.
Perdoname devuelta por molestar.

Uf, menos mal era Esteban.
Agarró el celular con prisa para contestar.

Hola Esteban.
Perdón yo por no contestar, vi el número desconocido y me cagué hasta las patas,
obvio que voy, gracias por la invitación.

De un momento a otro comenzó a mensajear con él, Esteban escribió no sorprenderse que no le contestara, recordaba perfectamente como era de miedosa Norita, ella después de ver la saga de scream quedó media traumada con atender las llamadas a mitad de la noche de números desconocidos, a Eleonora por otra parte le sorprendió saber que Esteban recordara aquellas pavadas de ella, sin embargo fue más sorprendente caer en cuenta de que le sonreía al celular como tonta, como enamorada, como hace años por hablar con la misma persona, su pensamiento racional solo explicaba que era solamente por la nostalgia de recordar todo el pasado con Esteban. Ahora no entendía porque estaba tan empeñada en olvidar eso, ¿por qué?
Su mente quería olvidar todos esos recuerdos tan lindos pero el corazón era quien mandaba casi siempre y terminaba saltando de alegría cuando recordaba sus tardes con Esteban, sus ensayos cuando apenas se habían conocido, sus noches desvelados mientras tomaban mates y hablaban sobre trivialidades.
Claro, si no lo olvidaba seguiría doliendo más de lo que ya hacía hace años, pero había cosas que no quería olvidar jamás, ahora, tantos años después entendió que le dolía más perder todos esos recuerdos de Esteban.

Corto, pero honesto gente hermosa.
🧚🏽

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⏰ Last updated: Mar 29 ⏰

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𝗦𝗧𝗜𝗟𝗟 𝗜𝗡𝗧𝗢 𝗬𝗢𝗨, esteban kukuriczka Where stories live. Discover now