Hace mucho tiempo, la línea que separa las realidades se rompió, juntando los universos de los caballeros y los cazadores, pero lo que no sabrían es que dicha línea se volvería a romper y ambos bandos se verían una vez más.
Para ver esta historia de...
—De todos modos sin sus mejores guerreros no podrán vencerme—dijo la pelirroja con una sonrisa victoriosa.
En el fondo de la sala del trono vemos 5 cristales rojos que tenían a alguien atrapado, se trataban de Seiya, Shiryu, Hyoga, Shun e Ikki, atrapados en un profundo sueño.
¿Cómo paso esto?, cuando los 5 evitaron el avance del reino de los fantasmas, usaron sus cosmos a tal grado que cayeron noqueados dentro del reino, Hécate los vio y los encerró en esos cristales.
—Como sea, solo perdimos a uno, aún tengo bajo mi mando a 14 guardianes—dijo la pelirroja.
Volvemos con Rengoku
—Conseguí información valiosa—dijo el rubio con rojo.
—Dinos que tienes—dijo el extravagante.
—Este lugar está custodiado por 15 guardianes, acabo de vencer a uno y como premio por derrotarlo me dijo que para llegar a Hécate, debemos derrotar a todos los guardianes, una vez hecho eso de ellos saldrá una luz que nos dirigirá al castillo de Hécate—explico el pelirrojo.
—Entiendo, gracias por esa información, ¿Ahora todos entienden lo que deben hacer?—pregunto el extravagante.
—¡Si!—exclamaron todos.
Así los nuevos caballeros siguieron por su camino en busca de enemigos.
Está vez vemos como un grupo de fantasmas rodean a un ojiverde.
—¡Ahí está! ¡Acábenlo!—grito uno de los fantasmas.
—Jajaja ¿De verdad creen que son rivales para mí?, veamos que pueden hacer malditas escorias—dijo el ojiverde.
Los fantasmas atacan.
—¡Cadena de andrómeda!—exclamó el ojiverde.
En eso la cadena comienza a perforar a todos los fantasmas eliminándolos.
—Ja patéticos y ¿Ustedes cuidan este reino?—dijo el ojiverde en tono de burla.
—Vaya te felicito por derrotar a un mísero grupo de fantasmas—decía una extraña voz desde las sombras.
—¡¿Quién dijo eso?! ¡Sal y muéstrate!—grito el ojiverde.
De las sombras sale un hombre con una armadura negra con tonos grises, en la espalda tenía alas, su caso era de la cabeza de una serpiente con cuernos al igual que su hombrera derecha tenía una cabeza similar.
—Para ser un caballero de Athena eres muy escandaloso—dijo aquel hombre.
—¿Quién diablos eres tú?—pregunto el ojiverde.
—Cierto, ¿Dónde están mis modales?, soy Cicero de Afisbena uno de los 15 guardianes de este reino—dijo el guardián haciendo reverencia.
Afisbena es una criatura mitológica representada como una serpiente con una cabeza en cada extremo de su cuerpo. En la mitología griega, la Anfisbena había nacido de la sangre que goteó de la cabeza de la gorgona Medusa cuando Perseo voló sobre el desierto libio con ella en su mano.
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