info: Los amigos de Theo te conocen por primera vez.
words count: 1.4k
Pairing: Lectora Ravenclaw y algo despistada pero talentosa x el famoso mujeriego de Slytherin, Theodore Nott.
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Te aplaudiste satisfecha después de tomar un pequeño descanso para organizar todas tus telas por color. El plan originalmente era ir al comedor a buscar un bocadillo rápido, pero tu pequeño estudio desordenado en tu dormitorio fácilmente te distrajo en el camino y te hizo cambiar de planes.
Tus dedos pasaron las páginas de tu cuaderno de bocetos de diseño. Una pequeña sonrisa se formó en tu rostro mientras seguías tus bocetos.
Moda.
Lo único en lo que te sentías competente. No tenías que esforzarte para que las cosas se vieran bien. Era lo único que te resultaba natural. Podías planificar un conjunto completo para cualquier ocasión más rápido de lo que podías enumerar los ingredientes de una simple poción. No ibas a convertirte en doctora como tus padres, pero pensaste que sería mejor hacer algo en lo que eras buena en lugar de forzarte a estudiar materiales que nunca entenderías. No importaba cuántas veces intentaran persuadirte o amenazarte para que cambiaras de rumbo profesional, nunca te alejaste mucho de tus sueños. Los sueños que te mantenían feliz cuando te regañaban por querer quedarte en casa y dibujar en lugar de ir con tu padre al trabajo.
Al menos nunca tendrás la oportunidad de arruinar una cirugía. Eso sería peor que la invención de los jeggings.
La puerta se abrió y tu compañera de habitación entró. Frunces el ceño al verla, preguntándote por qué regresaría tan temprano de su cita con Cedric.
"¿Cómo fue tu cita?" Cerraste tu libro de diseño y te dirigiste hacia tu cama antes de dejarte caer sobre ella.
Tan cómoda.
Cho suspiró antes de rodar los ojos. "Estúpido entrenamiento de quidditch de último minuto".
Te reíste mientras tu estómago gruñía. Tal vez deberías haber tomado un refrigerio antes de decidir limpiar.
"¿Vamos al comedor?" Cho ofreció su brazo.
Saltaste de la cama y felizmente te acercaste a ella, agarrando su brazo.
"Estoy hambrienta", exclamaste con desesperación por tener algo en el estómago después del tazón de avena del desayuno.
"Yo también, Cedric me prometió pasteles de una panadería en Hogsmeade antes de que me cancelara", refunfuñó Cho mientras ustedes dos caminaban juntas hacia el comedor.
Pasteles. Cruasanes. Ugh, extrañabas tu hogar. Francia tiene los mejores pasteles. Ahora tenías antojo de un croissant de chocolate. No es que los croissants sean la única pastelería en Francia.
