𝗕𝗔𝗗 𝗜𝗗𝗘𝗔. ── one shots multifandom.

27- Lorenzo Berkshire (pt. 2). ๋࣭ ⭑

✧ ࿐  LORENZO BERKSHIRE ❪ x fem oc ❫
ೃ⁀➷ 2 7 ; ❛❛ you were bigger than the whole sky. ❜❜

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Coraline.

Los meses pasaron, y la forma que tenía de extrañar a Lorenzo cada vez era más grande. Y más dolorosa.
Draco estaba, prácticamente, sobre mí todo el tiempo, para asegurarse de que mi novio, ahora ex, no se acercara a mi, y yo no trame nada para intentar acercarme a él.
Lo único que deseaba era estar en sus brazos, contarle mis días, y escuchar los suyos con total satisfacción al saber que estaba a mi lado. Pero lo más cerca que estuve de él en este tiempo fue en las clases que compartíamos debido a que el se cambio para poder verme, según lo que me dijeron mis amigas. Hablando de ella; no les hablaba tanto como antes, me la pasaba encerrada en mi cuarto (el cual ahora era solo mio, porque solicite el cambio), carcomiendome por dentro, sobrepensando cada cosa que hice con Enzo, y el hecho de que, a lo mejor, si hubiésemos sido más cuidadosos, Draco no nos habría descubierto, y ahora podría estar con el. Pansy solía visitarme, y a mis otras amigas las veía escasas veces en el Gran Comedor, ya que apenas comía debido al nudo constante que acechaba mi garganta.
Me encontraba en mi habitación, leyendo un extraño libro Muggle que había encontrado en uno de mis salones de clase. Su título era 'Orgullo y Prejuicio'. Estaba tan concentrada con mi lectura que no note cuando la puerta se abrió, y, casi al instante, se cerró detrás de un lindo chico.

—Sabía que te gustaría. —Pronunció, y noté que no estaba sola.

—¿Que haces aquí?. Te volviste loco, ¿No?. —Cerré de golpe la historia de amor que se encontraba en mis manos y lo miré preocupada.

—Draco esta en el campo de Quidditch, practicando. No te preocupes. —Se acercó.

—Enzo...

—Solo quería hablar contigo, Coraline. —Suplicó.

—Te matará si se entera que siquiera entraste a mi habitación. —Me levanté de la cama.

—Usaré la excusa de que tienes mi libro —Lo señaló.—, y tuve que venir aquí para buscarlo.

—¿Dejaste el libro en el salón apropósito?.— Cuestioné. Algo sorprendida, pero totalmente emocionada al saber que no se había olvidado de mí.

—Claro que lo deje apropósito. Te conozco tan bien que sabía que ibas a tomarlo, y, siendo franco, necesitaba un pretexto para venir a verte. Para poder hablar contigo. —Tomo mis manos.

—Porfavor, Enzo, no lo hagamos más difícil, yo...

—Creo que no te das una simple idea de lo mucho que te hecho de menos. ¿Sabes cuánto me duele saber que no comes y no poder hacer nada para ayudarte?. —Profundizó su mirada.

—Lorenzo...

—¿Tienes una idea de lo difícil que es verte por los pasillos y no poder nisiquiera saludarte?. —Me volvió a interrumpir.