At that Concert.

Fourteen.

Estábamos los dos en casa de Rodrigo, tenía planeado salir pero terminamos acostados en el sillón mientras hablábamos de pelotudeces.

Estaba muy nervioso, este era el momento perfecto para decirle. Estábamos solos y la verdad parecía estar cómodo.

Mi cabeza estaba en su regazo, mientras daba caricias en el cabello. Podría quedarme dormido tranquilamente, pero mi mente solo pensaba en confesar lo obvio, eso me mantenía un tanto inquieto.

Me preparé mentalmente para cualquier respuesta y me levanté.

—Rodri, tenemos que hablar de algo. —Me acomodé bien, sin despegar mi vista de él.

—Mirá vos, yo también te tengo que hablar de algo. —Su voz era calmada, ¿cómo podía estar como si nada? Yo me estoy muriendo internamente.

—Me gustas una banda. Te podría decir que estoy enamorado de vos y...

—¿Sos joda? —Fruncí el ceño y sin darme cuenta, Rodrigo estaba riéndose como si su vida dependiera de eso.

—Dejame terminar, tarado.

—Amigo, un poco obvio, ¿no? Digo, nos besamos y técnicamente hacemos todo lo que una pareja hace. Una vez casi coge-

—¡Callate! No me lo recuerdes. —Sentí mi cara arder de vergüenza, el simple recuerdo de aquella vez en la que estuvimos a punto de garchar me ponía nervioso y rojo. Fue muy vergonzoso.

Escuché como nuevamente comenzó a reír igual que hace un rato. Que imbécil, pero así lo amo.

—Vení. —Me agarró del rostro y me dio un pequeño pico en los labios. —Como andamos diciendo cosas obvias yo también diré una. Vos también me gustas.

—Entonces...

—¿Entonces?

—¿Podemos ser...? —Negó. ¿Qué? Se supone que sentimos lo mismo, ¿por qué no podríamos ser pareja ahora?

—Nos conocemos hace poco, debemos conocernos más. No es que no quiera, solo que es muy pronto y tengo miedo...

—¿Miedo?

—Puede sonar muy hijo de puta pero, me da miedo que en cierto punto lo que dicen en Twitter sea verdad. —Auch, me dolió. Eso significaba que no confiaba en mí del todo. Bien. Yo me encargaré de demostrarle que lo que dicen esos pelotudos es totalmente falso.